domingo, 29 de abril de 2007

CULTURA GENERAL.


Sepa que....
- Benjamín Franklin famoso por inventar el pararrayos,también inventó las gafas bifocales. - Valentinus, llamado "padre de los alquimistas", fue el primero en describir el ácido sulfúrico.
- Morse, no solo inventó el alfabeto que lleva su nombre; también fue un gran retratista; suyo es el de Lafayette.
- Newton, autor de la Ley de la Gravedad,era alquimista.
- Para imprimir la recopilación de sus poemas "Hojas de hierbas",Walt Whitman vendió su casa; sin embargo, la obra tuvo 9 ediciones.
- Dragomán es el guía en los países en que se habla árabe, turco o persa, persona a lo que los italianos llaman cicerone -
Tríada. Según el hinduismo, el Ser Supremo, actúa a través de tres dioses - Brahma, el Creador, Visnú, el Preservador, y Shiva, el Destructor
- Las Parcas eran tres, tenían figura de viejas y se llamaban Cloto, que hilaba, Láquesis que devanaba y Atropos que cortaba el hilo de la vida del hombre.
- Las castas hindúes eran cuatro - Sudra, la inferior y en orden ascendente - los Vaisas (comerciantes y hacendados) - los Kshatriyas (aristócratas y guerreros) y los brahmanes.
- Platón dijo: No dejes crecer la hierba en el camino de la amistad
- Bigotes - Posiblemente proviene de Bei Gott, expresión que utilizaban los soldados alemanes de las tropas de Carlos V, y que significa "Por Dios"
- En Arte de hacer comedias, Lope de Vega, escribió: "Pues como las paga el vulgo, es justo hablarle en necio para darle gusto".
- - Decía Bernard Shaw: El salvaje se inclina ante los ídolos de madera y piedra y el hombre civilizado ante los hombres de carne y hueso
- G.B.Shaw:Mi peculiar estilo de humor es decir la verdad, lo cual constituye la mayor broma del mundo.
- Ante la Opinión, los débiles tiemblan, los tontosla desafían, los sabios la juzgan y los expertos la dirigen. Y la demoscopia descansa en la errónea presunción de que las personas, en general, tienen una opinión.
- Pablo Casals, el mundialmente famoso cellista, huyendo de la tiranía de Franco, se refugió en Prades, Francia, y fijó su posición, así: "Quiero paz, libertad y respeto para mis compatriotas. Mientras no sea así, no tocaré en España, ni en las naciones que han contribuido a la desdicha de España"
- En nuestra boca viven 1.000.000 de bacterias por centímetro cuadrado; en un beso apasionado, se transmiten 42 millones de microbios por ambas partes.
- Housman, poeta británico, era muy mordaz. Criticando a un escritor, dijo: "La naturaleza no contenta con negarle la facultad de pensar, le otorgó la facultad de escribir.
- Herodoto, el historiador griego, dijo:"Ningún hombre es tan tonto para desear la guerra y no la paz, pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, y en la guerra son los padres los que llevan a sus hijos a la tumba".
- Anónimo:Los aduladores se parecen a los amigos como los perros a los lobos.
- Chejov, escritor ruso: La medicina es mi esposa legítima; la literatura es mi amante
Afirmó el escritor español Jardiel Poncela: "Historia es, desde luego, exactamente lo que se escribió, pero ignoramos si es exactamente lo que sucedió".
Por su parte, Sigmund Freud, escribió: "El mundo hace tan lentos progresos, que ha solo trescientos años, me hubieran quemado en la hoguera".
¿Juega ping-pong? Sepa que se inventó en Inglaterra (1890), con el nombre de tenis de mesa, pero por el sonido da la pelotita de carey, se rebautizó como ping-pong. Los primeros Campeonatos Mundiales se realizaron en 1926.
Séneca escribió: No nos falta valor para emprender ciertas cosas, porque sean difíciles; son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas.
- El fibrinógeno, es una proteína plasmática que, transformándose en fibrina insoluble, produce la coagulación de la sangre; es fácil de obtenerla en laboratorio, por centrifugación que separa los glóbulos sanguíneos del plasma. Los glóbulos pueden desecharse, pero es mejor utilizarlos como abono de lalas rosas de su jardín, pues es un excelente fertilizante.
- Luis Lumière dio el nombre de cinematógrafo a su invento, utilizando dos palabras griegas:Kinema = movimiento y grafos = imagen.
- Don Ramón del Valle-Inclán, afirmó: “Nos no venimos de reyes, que reyes vienen de nos”-
- Paracelso decía que el semen provenía de todas partes del cuerpo y que iba a la testículos durante el acto sexual. En una eyaculación se expulsan unos 100 millones de espermatozoides y en su propulsiónalcanzan una velocidad de 18 kilómetros por hor
- Un año después de terminada la Primera Guerra Mundial, Henry Ford fundó la revista Durborn Independent para mostrarse durante siete años como un rabioso antijudío, y solo se retractó, se humilló y cerró Independent, cuando el abogado Aaron Sapiro le demandó por un millón de dólares.
- Unamuno afirmó que la filosofía es un producto humano de cada filósofo, y que cada filósofo es un hombre de carne y hueso, que se dirige a otros hombres de carne y hueso.
- La secreción de saliva la produce tres pares de glándulas salivares: las sublinguales, ubicadas debajo de la lengua; las submaxilares situadas detrás y las parótidas, que están a la altura del oído. La producción de saliva, se regula por hormonas, como la antidiurética, y por el sistema nervioso autónomo.
- Los que gustan comer arroz, aderezado con azafrán, - no deben quejarse por su precio-, pues para lograr un kilo es necesario recolector 1.000.000 de flores de esta planta.
-Los sibaritas para no ser molestados por los ruidos, no permitían en su ciudad ni a los herreros ni a los caldereros. Ni siquiera admitían a los gallos.
Bertrand Russell "La libertad espiritual, es la gloria y el tormento del mundo occidental"
Pierre Jaquet-Droz, en 1774, ideó una máquina autónoma, es decir con movimiento propio, pero solo en 1920 el checo Karel Capek construyó la primera y la llamó máquina robot, palabra checa que significa trabajo.
Hace 4.000 años, en Egipto, empleaban harpas y flautas; hace 3.000, en China, tenía escala de cinco notas; hace 700 años se introduce la lira de siete cuerdas; en el año 50, en Roma, aparece el oboe.
No podemos suponer que el pensamiento del individuo sobreviva a su muerte corporal, ya que ésta destruye la organización del cerebro y disipa la energía que utilizaban los conductos cerebrales.
Fue Premio Nobel de Física y 30 años profesor en la Universidad de Cambridge, el primer científico que anunció las terribles consecuencias de la bomba atómica; por eso, se negó a participar en esos trabajos. Era Peter Kapitza, científico ruso, que murió de 89 años.
Henry Ford decía de Edison: "Este hombre sabe demasiado para ser un buen capitalista"y Andrew Carnegie, industrial y filántropo estadounidense, afirmaba "el secreto del éxito reside, exclusivamente, en el arte de hacer trabajar a los demás"Las gafas de sol las utilizaban los jueces chinos en el siglo XV. Pretendían que nadie notara los visajes de sus ojos al escuchar las declaraciones de los testigos.
Debussy impugnaba los principios de la gramática musical. Uno de sus maestros dijo de susobras "Todo lo que escribe está mal, pero está mal de un modo lleno de talento"
El bolígrafo fue inventado en 1888 por el americano John Loud, pero solo se podía utilizar ensuperficies ásperas. El húngaro Lazlo Biro pudo modernizarlo, en 1945 cuando se fabricaron bolitas de rodamientos tan diminutas que podían ajustarse a los más pequeños orificios.
Los celtas, muchos años antes del cristianismo, rendía culto a los árboles por considerarlos la principal representación de los dioses en la tierra y creían que el tocar el árbol, este hecho servía para librarse de una dolencia o mal que, así, por su intermedio, se lo enviaban a la tierra.
En Canadá hay un trozo de roca - unos gramos de circón - que está datado 4.000 millones de años, pero la formación rocosa más antigua se halla en el oeste de Groenlandia, cuya edad se calcula en 3.800 millones de años
El papel fue inventado por los chinos en el año 105; las primeras tintas eran tinturas de vegetales; las placas de acero se inventaron en 1829, populares solo desde 1870
El elemento más abundante del Universo, es el Hidrógeno - 74% de su masa, le sigue el Helio, y el Oxígeno, del cual dependemos para vivir, apenas representa el 0,73%. Estas mediciones e han determinado a partir del espectro solar y de los análisis de restos de aerolitos
La invención del número cero se atribuye, normalmente, a los árabes y a los indios, pero el concepto ya era aplicado por los matemáticos chinos hace 2.800 años. Utilizaban bastoncillos en una tablilla cuadrada y representaban la cifra 10 con un bastoncillo aislado, seguido de un espacio vacío. Aunque no inventaron un signo específico, el espacio vacío, indudablemente, era el concepto representativo del papel del número cero.
Proust, el célebre escritor francés, autor de "En busca del tiempo perdido", escribió: Los celos no son corrientemente más que una inquieta tiranía aplicada a los asuntos del amor.
El oído humano sometido prolongadamente a sonidos mayores de 150 decibelios, sufre una sordera permanente. Los jóvenes que asisten un par de horas a discotecas con música atronadora, tardan un día y medio en recuperar la sensibilidad auditiva normal
El hombre es la palabra en lo que tiene de espíritu, de expresión de lo divino, pero también como expresión de su carne, de sus huesos, de su sangre. Miguel de Unamuno
En nuestro cuerpo llevamos nombres de animales y objetos; en el oído medio tenemos el caracol, o caja del tímpano, además el estribo, el yunque y el martillo; la trompa de Eustaquio, que une el oído interno con las fosas nasales; la mujeres, además, tienen el Monte de Venus, situado encima de la vulva
En algunas zonas de Grecia y, también, en otras del sur de Italia, la señal del dedo pulgar hacia arriba, no significaba - como han difundido los norteamericanos y sus seguidores - un todo va bien, sino que es un signo de insulto de carácter sexual.
Los ingenieros de los Laboratorios Bell, en 1940, tuvieron la idea de fabricar teléfonosportátiles, pero debieron trabajar más de treinta años para lograr la tecnología que hiciera posible construir uno apto para el servicio público.
En árabe ULEMA es el Doctor en fe mahometana y SURA es el principio de todas las lecciones de Corán
Hubo un tiempo en que los fenicios eran los únicos marinos del mundo. Navegaban a vela en grandes barcas con puente y quilla. Por las noches se guiaban por la estrella polar. Telas, alhajas, ídolos, tapices, perfumes, telas de algodón y plumas de avestruz eran sus mercaderías de comercio
Los romanos fueron de los primeros en tener un correo de servicio oficial, aunque el correo franqueado solo se puso en práctica en 1850.Entonces se depositaban en los buzones para que éste fuera entregado en cualquier parte del mundo. En 1838 se introdujeron en los trenes los vagones correos.
Poseemos 24 vértebras libres, divididas en7 cervicales ( las dos primeras llamadas Atlas y Axis); 12 dorsales o torácicas 5 lumbares(más voluminosas que las demás),y a éstas libres hay que agregar 5 sacras (soldadas formando el sacro y 5 o 6 , también soldadas entre sí que constituyen el cóccix
- Momia, es palabra árabe que significa betún, sustancia con que los egipcios embalsamaban los cadáveres para evitar la putrefacción.
-- El gato, que nace con los ojos y los oídos cerrados e incapaz de levantar la cabeza, a la semana ha doblado sus peso – 200 gramos; la madre hace desaparecer los orines y desechos intestinales, lamiéndolos. A los 10 semanas, los gatitos, todavía, maman pero ya aceptan comida sólida.
- En las películas documentales sobre animales, posiblemente, hemos visto que éstos marcan “su territorio”, generalmente con orines, pero la nutria lo hace con sus excrementos.
En el año 600 el visnú. hindú - consistente en dos calabazas hue­cas, unidas por cuerdas y pulsadas con un caña de bambú, está considerada como el origen de todos los instrumentos de cuerdas.
Se cuenta que el organista danés Dietrich Buxtehude logró tal fama con sus conciertos de “Música al atardecer”, que en 1705, Juan Sebastián Bach, a los 20 años, recorrió a pie casi 300 kilómetros para escucharlo
El dinosaurio(palabra griega que significa terrible lagarto) fue probablemente, el Wannaosaurus , primer carnívoro bípedo, que tenía el tamaño de una gallina.
Europa y América, cada año, se separan unos 4 centímetros. Se han encontrado fósiles de plantas tropicales tan al Norte como Alaska; es que la masa de tierra de América del Norte estuvo una vez situada en los trópicos
Las bacterias son los agentes de reciclaje más importantes de la Naturaleza. Descomponen las plantas y animales muertos, y devuelven los materiales al ecosistema.Algunas son inofensivas para las personas y, otras, son vitales, porque sin ellas no podríamos diferir los alimentos
Cualquier organismo puede mineralizarse, siempre y cuando sea sepultado por barro o arena antes de pudrirse. La mayoría de los fósiles se formaron en el fondo del mar y a ello se debe que los fósiles más comunes sean criaturas marinas; los de animales y plantas son mucho más raros
Molière - Jean Baptista Poquelin - famoso dramaturgo y actor francés - murió en el escenario mientras representaba la muerte ficticia del protagonista de "El enfermo imaginario", una de sus más famosas obras. Ocurrió en 1873.
Paul Broca, famoso médico y antropólogo francés, en 1861, aportó la prueba científicade la relación del córtex y una función cerebral; localizó la afasia ( pérdida de la facultad de expresión, hablada, escrita o mímica) en la tercera circunvalación cerebral izquierda
Hay unas 65.000 especies conocidas de hongos. Se reproducen a través de esporas, equivalentes a las semillas de las plantas. El micelio se extiende bajo tierra hasta encontrar otro micelio de su misma especie; se adhieren mutuamente y, en condiciones adecuadas, producen un cuerpo fructífero que emerge por encima del suelo.
El terremoto más destructivo lo sufrió Japón, en Kwanto, en 1923. La mayoría de las casas de madera y papel se quemaron en un gigantesco incendio. Murieron 144.000 personas y 575.000 quedaron sin hogar. Sin embargo, la mayoría de los terremotos duran menos de un minuto; el más largo ocurrió en Alaska en 1964; duró cuatro minutos.

Shorkley,Bardeen y Brattain construyeron el primer transistor eficaz, en 1947, para reemplazar las voluminosas válvulas de las radios, señalando el camino para la fabricación de los "chips".
El río Amazonas, es el mayor río del mundo - 7.025 kilómetros -; su cuenca se reparte entre Brasil, las Guayanas, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Transporta hasta 70 veces más agua que el Nilo
En 1924, Hans Berget realizó el primer electroencefalograma en el hombre. Este proceso consiste en medir los potenciales eléctricos de los influjos nerviosos que transmiten las hormonas y en 1968, David Cohen hizo las primeras mediciones de los campos magnéticos producidos por el cerebro, que es lo que llama magnetocelografía.
La Tierra está compuesta una corteza de un grosor entre 6 y 70 kmts., de un manto cuya profundidad alcanza casi 3.000 kmts., de un núcleo externo de unos 2.000kmts.,compuesto de hierro, níquel y oxígeno líquido y, finalmente, un núcleo interno con un diámetro de 2740 kmts., compuesto de hierro y níquel macizos. Aquí la temperatura alcanza los 4.500º centígrados.
El 24 de julio de 1911, el arqueólogo estadounidense Hiram Bingham descubre Machu Picchu, ciudad de los antiguos incas, compuesta de 148 edificios, todos, construidos con enormes bloques de piedra, el más importante de los cuales es el Torreón, situado en el centro de la ciudad. Machu Picchu, situada a 2.350 metros sobre el nivel del mar está totalmente rodeada de murallas.
La mujer chilena gana el derecho a ingresar en la Universidad en 1877. Diez años más tarde, esto es, en 1887, Doña Eloísa Díaz fue la primera mujer en obtener el título en Medicina. y Farmacia
Dentro de los mamíferos hay más de 4.000 especies, pero las especies de aves son 9.000, las de peces son 20.000 y son 100.000 las especies de arañas y escorpiones, cifras pequeñas si anotamos que el grupo animal más numeroso es el de los insectos, hasta ahora, cifrado en un millón de especies; pero se dice que, quizás, lleguen los 10.000.000
La Tierra está protegida por cuatro principales capas de gases - troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera, que constituyen la atmósfera; ésta se compone de 70% de nitrógeno, 21 % de oxígeno y 1% de vapor de agua y otros gases. La atmósfera mantiene su posición por la gravedad y evita que nuestro planeta sea demasiado caliente o frío.
El primer caballo del que se tienen noticias es el Hyacoterium, cuyo tamaño era aproximadamente igual al de un perro fox terrier. Y el marsupial australiano más grande conocido fue el Diprodon optatum, casi tan grande como un rinoceronte y que podía pesar hasta 1 y ½ tonelada.
El calamar gigante del Atlántico, es el más grande de los invertebrados: puede crecer más de 20 metros de largo y, también, tiene los ojos más grandes que cualquier otro animal del mundo; cada ojo tiene un diámetro de 40 cm2.
Los peces se dividen en tres clases: Los que no tienen mandíbulas, como la lamprea; los cartilaginosos, como los tiburones o las rayas, y los peces óseos, que son la mayoría, como la platija, la carpa o el bacalao. Hay que saber que existen más de 20.000 especies de peces y que hay peces venenosos, como el pez dragón, cuyo veneno es el más mortal de todos.
Los españoles usan el botijo para beber agua fresca, y como están hechos de arcilla porosa, ésta deja escapar partes del agua al exterior que, al llegar a la superficie, se evapora, refrescando el recipiente.
El francés Charles Tollier, utilizando refrigeración mecánica, transportó en su barco Frigorifique, en un viaje de 105 días, de Argentina a Francia, 30 toneladas de carne de vaca, y ésta llegó en perfecto estado. Pero, esto ocurrió en el año 1880.
Los romanos, en tiempos de Nerón, eran aficionados a poner hielo en sus bebidas, lo que fue criticado por el filósofo Séneca y, también, por los médicos alegando que producían problemas de salud.
En 1924, Hans Berger, realizó el primer electroencefalograma en el hombre, proceso que consiste en medir los potenciales eléctricos de los influjos nerviosos que transmiten las hormonas.
En 1960, Sokoloff pone a punto la técnica llamada autorradiográfica, que con ayuda de un marcador radioactivo, permite cartografiar el flujo sanguíneo en un animal. Diez años más tarde, Ignvar elabora los primeros mapas funcionales del cerebro

Las ciruelas pasas son ricas en antioxidantes sustancias que combaten las afecciones oculares, como las cataratas. Los esquimales raramente sufren problemas cardiacos, porque consumen los llamados pescados azules, ricos en omega 3. Los tomates contienen licopeno sustancia con propiedades anticanceríginas. Si se cocina el tomate aumenta la cantidad de licopeno.
Se recomienda practicar una sana costumbre al practicar un día depurativo, lo que se logra comiendo solo vegetales, alimentos de la temporada, sean vegetales, hongos o frutas. Da igual que se coman crudas, cocidas o en zumo, y beber unos dos litros de agua ése día. Un día así, significa un buen descanso para el hígado y los riñones.
En 1968, David Cohen hace las primeras mediciones de los campos magnéticos producidos por el cerebro. Es lo que se llama magnetoencefalografía
¿Cuánto viven las hormigas? Todo depende de las especies. Las Faraón y las Fontaneras solo unas pocas semanas, otras que viven menos de 1 año, pero hay trabajadoras que viven entre 1 y 2 años; aunque, las de más larga vida son las hormigas de los campos de maíz - Lasius Níger y parientes - de 1 a 3 años; pero sus Reinas llegan a vivir 10 años.
En el silo XIX se trabajaban 14 horas diarias, es decir, unas 3.000 horas anuales, pero ya por 1990, el promedio había disminuido a 1.500; en Japón y USA se trabajan cerca a 2.000 horas anuales, pero en los Países Bajos y Noruega el promedio es de 1.400, aunque en otros países europeos el promedio fluctúa entre 1550 y 1.800 horas anuales.
El gato, que nace con los ojos y los oídos cerrados e incapaz de levantar la cabeza, a la semana ha doblado sus peso - 200 gramos; la madre hace desaparecer los orines y desechos intestinales, lamiéndolos. A los 10 semanas, los gatitos, todavía, maman pero ya aceptan comida sólida.
La británica Amy Johnson, en solitario, en su Gipsy Moth, voló 16.000 kilómetros durante 19 días entre el 5 y el 24 de mayo de 1930 para unir Gran Bretaña con Darwin, ciudad australiana. Amy tenía 27 años de edad y solo 100 horas de experiencia en prácticas al iniciar este vuelo.
En 1921, en China, se crea el Partido Comunista, cuya militancia era de 57 jóvenes, todos lectores de Marx. Celebraron su primera reunión en Shangai y se marcan como primer objetivo derrocar el sistema capitalista; entre esos 57 jóvenes, estaba Mao Zedong, que pensaba que el comunismo podía adaptarse a las necesidades de China.
Es posible que, hoy, no todos los deportistas recuerden a Emil Zapotek a quien, en l952, llamaron la locomotora humana. Este checoeslovaco de 29 años, en una sola semana, fue capaz de ganar las carreras de 5.000 y de 10.000 metros y, además, la maratón marcando un tiempo record
La marcha de la sal - Mahatma - alma grande - Gandhi el 6 de abril de 1930 termina un recorrido de 380 kilómetros a través de la India, protestando por el impuesto a la sal que los británicos gravan a la población.
Ernest Hemingway, en 1954, Premio Nobel de Literatura, autor de Adiós a las armas, La quinta columna, Por quién doblan las campanas, Las verdes colinas de África, Muerte en la tarde, y El viejo y el mar, Tener o no tener, se suicida. Tenía 61 años
El 12 de febrero de 1993 en el estacionamiento subterráneo de las Torres Gemelas del World Trade Center, la explosión de un artefacto causa cinco muertes y centenares de heridos. El humo llegó hasta el piso 96 de las 110 y los bomberos demoraron dos horas en apagar las llamas.
800 a.C. La música en Babilonia tiene escalas de 5 y 7 notas.
Se graba el primer himno sumerio en caracteres cuneiformes
801a.C. En Grecia aparecen los primeros rapsodas.
700 a.C Se introduce la lira de 7 cuerdas
Se dice que Pitágoras introdujo la octava en música
450a.C Pindaro, el poeta griego, también es compositor
En España lo llamamos chaval
- en Uruguay botija
- en Argentina pibe
- en Chile cabro
- en México Chamaco
En España son chabolas
- en Brasil favellas
- en Argentina villas miseria
- en Chile poblaciones callampas (champiñones)
Tarzán, el hombre mono del cine, lo encarnó el nadador norteamericano, de origen austríaco, Johnny Weissmüller. El 9 de julio de 1921 estableció un record que parecía imposible: nadar 100 metros en menos de 1 minuto. Johnny lo hizo en 58 segundos y 6 décimas.
Se han hecho muchas versiones cinematográficas de Drácula; la primera se exhibió en París, en marzo de 1921, con el nombre de Nosferatu, adaptación de la novela que Bram Stoker escribió en 1897. El primer siniestro conde Drácula fue el actor Max Schreck; la película fue dirigida por Fredrich Munau.
La Tierra está protegida por cuatro principales capas de gases - troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera, que constituyen la atmósfera; ésta se compone de 70% de nitrógeno, 21 % de oxígeno y 1% de vapor de agua y otros gases. La atmósfera mantiene su posición por la gravedad y evita que nuestro planeta sea demasiado caliente o frío.
La mujer chilena gana el derecho a ingresar en la Universidad en 1877. Diez años más tarde, esto es, en 1887, Doña Eloísa Díaz fue la primera mujer en obtener el título en Medicina. y Farmacia.
Chile: es el séptimo país sudamericano por tamaño, con una superficie continental de 756.252 kilómetros cuadrados.
*Largo: 4.200 Km.
Anchura máxima en Antofagasta, altura de Mejillones: 360 Km.
Anchura mínima en Puerto Natales:15 Km.
Anchura media: 177Km
En el año 600 el visnú hindú, consistente en dos calabazas huecas, unidas por cuerdas y pulsadas con un caña de bambú, está considerada como el origen de todos los instrumentos de cuerdas.
Se cuenta que el organista danés Dietrich Buxtehude logró tal fama con sus conciertos de "Música al atardecer", que en 1705, Juan Sebastián Bach, a los 20 años, recorrió a pie casi 300 kilómetros para escucharlo.
.En el año 855, D'Arezzo introduce la anotación para la escala musical. Inicialmente era así: ut, re, mi, f a, sol, la, si. La nota ut, por la dificultad para ser cantada, se cambió por do.
Los romanos, en tiempos de Nerón, eran aficionados a poner hielo en sus bebidas, lo que fue criticado por el filósofo Séneca y, también, por los médicos alegando que producían problemas de salud.
Los españoles usan el botijo para beber agua fresca, y como están hechos de arcilla porosa, ésta deja escapar partes del agua al exterior que, al llegar a la superficie, se evapora, refrescando el recipiente.
El francés Charles Tollier, utilizando refrigeración mecánica, transportó en su barco Frigorifique, en un viaje de 105 días, de Argentina a Francia, 30 toneladas de carne de vaca, y ésta llegó en perfecto estado. Pero, esto ocurrió en el año 1880.
El sol es una esfera de 1.400.000 kilómetros, es decir, es 100 veces que la Tierra
Los Mayas, incas y aztecas tuvieron civilizaciones paralelas con las babilónica, etrusca, Mecenas y Creta
La redondez de la Tierra era algo conocido 3.000 años antes de Moisés
Se recomienda practicar una sana costumbre es hacer un día depurativo, lo que se logra comiendo solo vegetales alimentos de la temporada, sean vegetales, hongos o frutas. Da igual que se coman crudas, cocidas o en zumo, y beber unos dos litros de agua ése día.Un día así, significa un buen descanso para el hígado y los riñones
Los esquimales raramente sufren problemas cardiacos, porque consumen los llamados pescados azules, ricos en omega 3. Los tomates contienen licopeno sustancia con propiedades anticanceríginas
El científico británico James Maxwell murió el 5 de noviembre de 1897, cien años más tarde, ese mismo día de 1987, murió Albert Einstein. Galileo Galilei nació el mismo año en que murió Vesalio y el mismo en que murió Galileo, en 1642, nació Isaac Newton

El papel es el resultado de la madera molida y mezclada con agua, que se prensa y lamina, una y otra vez, hasta convertirla en una banda de papel.

La letra "J" es la única que no figura en la Tabla Periódica
Hace 25 millones de años nuestros 7 continentes estaban unidos en uno; este super continente gigante se llamaba Pangea
Epicentro se llama el foco en que se origina un terremoto y la escala para medir su intensidad la desarrolló Richter en los años 30, en una escala que va de 1 a 8, siendo este último grado el de los terremotos más destructivos..
Europa y América, cada año, se separan unos 4 centímetros. Se han encontrado fósiles de plantas tropicales tan al Norte como Alaska; es que la masa de tierra de América del Norte estuvo una vez situada en los trópicos

Hay unas 65.000 especies conocidas de hongos. Se reproducen a través de esporas, equivalentes a las semillas de las plantas. El micelio se extiende bajo tierra hasta encontrar otro micelio de su misma especie; se adhieren y, en condiciones adecuadas, producen un cuerpo fructífero que emerge por encima del suelo.

Solo el 16% de las mujeres nacen rubias, pero el 33% de las mujeres que van por las calles de lasciudades son rubias
05/11/2006
.Epicentro se llama el foco en que se origina un terremoto y la escala para medir su intensidad la desarrolló Richter en los años 30 en una escala que va de 1 a 8, siendo este último grado el de los terremotos más destructivos..
Paul Broca, famoso médico y antropólogo francés, en 1861, aportó la prueba científica de la relación del córtex y una función cerebral; localizó la afasia ( pérdida de la facultad de expresión, hablada, escrita o mímica) en la tercera circunvalación cerebral izquierda
Cualquier organismo puede mineralizarse, siempre y cuando sea sepultado por barro o arena antes de pudrirse. La mayoría de los fósiles se formaron en el fondo del mar y a ello se debe que los fósiles más comunes sean criaturas marinas; los de animales y plantas son mucho más raros.
Los árboles tienen diferentes ritmos de crecimientos. A los 15 años un enebro llega a los 3 metros; un roble a los 7, 5 metros; un abedul a los 9 metros y un Abeto Douglas alcanza los 12,2 metros. La madera del roble se emplea en mobiliarios, la del sicomoro para fabricar violines, la ébano para trabajos de talla.
26/12/2006
La Tierra está compuesta una corteza de un grosor entre 6 y 70 kmts., de un manto cuya profundidad alcanza casi 3.000 kmts., de un núcleo externo de unos 2.000kmts.,compuesto de hierro, níquel y oxígeno líquido y, finalmente, un núcleo interno con un diámetro de 2-740 kmts., compuesto de hierro y níquel macizos. Aquí la temperatura alcanza los 4.500º centígrados
En 1924, Hans Berget realizó el primer electroencefalograma en el hombre. Este proceso consiste en medir los potenciales eléctricos de los influjos nerviosos que transmiten las hormonas y en 1968, David Cohen hizo las primeras mediciones de los campos magnéticos producidos por el cerebro, que es lo que llama magnetocelografía.
El 24 de julio de 1911, el arqueólogo estadounidense Hiram Bingham descubre Machu Picchu, ciudad de los antiguos incas, compuesta de 148 edificios, todos, construidos con enormes bloques de piedra, el más importante de los cuales es el Torreón, situado en el centro de la ciudad. Machu Picchu, situada a 2.350 metros sobre el nivel del mar está totalmente rodeada de murallas.

LAS SIETE MARAVILLAS DEL MUNDO.


Los antiguos designaban con este nombre siete monumentos de unas dimensiones y magnificencia prodigiosas Estos eran el templo de Diana, en Efeso, las pirámides de Egipto, los jardines de Semíramis, en Babilonia, el coloso de Rodas, la estatua de Júpiter Olímpico, la tumba del rey Mausolo y el faro de Ale-jandría.
I. EL TEMPLO DE DIANA, EN EFESO.
Este soberbio edificio medía más de cuatrocientos pies de largo por doscientos de ancho. En el patio interior se podían admirar ciento veintisiete columnas, de sesenta pies de altura cada una, levantadas por otros tantos príncipes en nobilísima pugna por superarse unos a otros en los gastos que se imponían para la suntuosidad de la obra. Todos los reyes del Asia contribuyeron a la construcción y ornato de este templo, que fue terminado al cabo de dos siglos. Estaba decorado con pinturas, estatuas y bajorrelieves que eran obras maestras de los mejores artistas. Las puertas se habían construido con madera de ciprés, los entramados de cedro y la estatua de Diana de oro.Desde muy lejos acudía la gente a visitar este templo y los forasteros procuraban con todo empeño obtener modelos del mismo para llevarlos a su país. Un fanático llamado Eróstrato, queriendo inmortalizarse con la fama de un gran crimen, incendió este monumento hacia el año 356 a.C. Los efesios lo reedificaron con igual magni- ficencia; pero Nerón lo saqueó, y los escitas lo incendiaron hacia el año a.C. 260.
II LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO.
Estas Pirámides, la única de las maravillas del mundo que aún subsiste, fueron levantadas por los antiguos monarcas egipcios para que sirvieran de sepultura a los reyes, a la familia real y a los grandes dignatarios de la nación. Son inmensas construcciones graníticas de base cuadrada, cuyas cuatro aristas concurren en la cúspide. En su interior se abren innumerables subterráneos que conducen a las cámaras sepulcrales abovedadas. La mayor de las pirámides, que se halla en las inmediaciones de El Cairo, mide 142 metros de altura, la misma que la catedral de Estrasburgo, y se puede subir a su cúspide sin mucha dificultad.
III. Los JARDINES DE SEMÍRAMIS.
Semíramis, esposa de Nino, rey de Babilonia, engrandeció esta capital embelleciéndola con palacios, templos, acueductos y principalmente con jardines colgantes que excitaban la admiración universal. Estos jardines quedaban sostenidos en el aire mediante columnas de mármol, sobre las cuales descansaba un piso hecho con vigas de palmera y recubierto de un fondo considerable de tierra. En este suelo artificial crecían legumbres, flores, las plantas más diversas y los árboles más gigantescos; el agua llegaba abundante por medio de canales y máquinas hidráulicas. El historiador latino Quinto Curcio dejó una detallada descripción de este prodigio de arte.
IV. EL COLOSO DE RODAS.
Era una estatua de bronce que tenia 32 metros de altura, y estaba dedicada a Apolo. Se hallaba a la entrada del puerto y sus pies descansaban sobre dos grandes rocas, pudiendo los navíos pasar a velas desplegadas por entre sus piernas. Una escalera interior conducía a la cima de este monumento, desde donde se divisaban, según se dice, las costas de Siria y los bajeles que surcaban el mar de Egipto. Cuarenta años después de haberlo erigido y habiendo sido derribado por un violento terremoto, los pueblos vecinos que deseaban verlo de nuevo en pie enviaron a tal efecto considerables sumas, pero los rodios se repartieron el dinero con el pretexto de que las decisiones del oráculo eran claramente contrarias a que fuese de nuevo colocado en su lugar.La estatua estuvo caída durante diez siglos; pero al apoderarse de la isla de Rodas los árabes capitaneados por Moawiah (651), el coloso fue descompuesto en piezas y vendido a un judío que cargó con ellas más de novecientos camellos.
V. ESTATUA DE JÚPITER OLÍMPICO.
Esta estatua, obra de Fidias, estaba hecha de oro y marfil, y representaba a Júpiter coronado de olivo, sentado sobre un trono de oro, sos-teniendo en su mano derecha una Victoria y empuñando en su izquierda un cetro que terminaba en un águila, En los cuatro ángulos del trono se veían esculpidas otras tantas Victorias que estaban en actitud de darse la mano como para danzar. Las Gracias y las Horas, obra maestra del mismo cincel, se inclinaban dulcemente sobre la cabeza del soberano de los dioses. Cuando Fidias hubo terminado su obra, rogó a Júpiter por una señal que le hiciera patente que aprobaba el trabajo tan felizmente realizado. Inmediatamente, los truenos retumbaron en el espacio y el pavimento del templo fue herido por el rayo sin que dejara huella en parte alguna. Este monumento estaba instalado en el templo de Júpiter, en Olimpia, y el templo mismo podía considerarse una maravilla.
VI. EL SEPULCRO DE MAUSOLO.
Mausolo, rey de Caria y uno de los príncipes más ricos y poderosos de su tiempo, fue a su muerte tan llorado por su esposa Artemisa II que ésta para enaltecer la memoria de su amado, mandó construir en Halicarnaso un magnífico sepulcro, cuyo esplendor eclipsaba todo lo que en este género se había visto hasta entonces. Medía 400 pies de circunferencia, 140 de altura y contenía en su recinto 36 columnas. La pirámide que coronaba el monumento tenía por remate un carro de mármol tirado por cuatro caballos.Muchos célebres escultores, Timoteo, Escopas y Leócares, entre otros, lo habían enriquecido con estatuas y bajorrelieves. Desde entonces el nombre de Mausoleo ha sido aplicado a todos los monumentos fúnebres levantados en honor de un príncipe u otro personaje notable.
VII. EL FARO DE ALEJANDRÍA.
Se da el nombre de faro a una torre que se levanta a la entrada de un puerto o en sus proximidades y sobre la que durante la noche se encienden potentes luces para que sirvan de guía a los barcos que se acercan a la costa. El faro de Alejandría, en Egipto, construido en el reinado de Tolomeo II, se componía de muchos pisos, .cada uno de los cuales iba estrechándose y por esto todo el conjunto tenía forma piramidal.Cada piso, sustentado por columnas de mármol blanco, quedaba hermoseado por una galería exterior. Estaba constituido por centenares de habitaciones y gran número de escaleras dispuestas y entrecruzadas con tal arte, que formaban una especie de laberinto. Tenía 135 metros de altura, si hemos de dar fe a los escritores orientales, y la luz de su fanal podía verse a una distancia de 200 leguas, lo que resulta increíble (1).Un terremoto derribó gran parte hasta dejarlo reducido a una mitad, un segundo trastorno sísmico lo disminuyó hasta los doscientos treinta codos y un tercero lo dejó a cincuenta. Se mantuvo largo tiempo a esta modesta elevación hasta que en 1303 una última y terrible sacudida completó su ruina, dejando de él solo insignificantes vestigios._______________________________________________Ciertos autores señalan otras maravillas en lugar de algunas de las citadas. Omiten la estatua de Júpiter Olímpico y los jardines de Seramíramis y los reemplazan por el Laberinto de Creta y por el Palacio de Ciro en Ecbatana o por el Lago Meris en Egipto, practicado junto a la ciudad de Mentis para recibir las aguas del Nilo cuando afluían con demasiada abundancia, y repartirlas después, por medio de esclusas, sobre la llanura en las épocas en que el río fertilizador no se desbordaba. El faro de Nieuwediep al extremo septentrional de Holanda-Norte, esté formado por la reunión de 34 lámparas y su luz se ve a una distancia de unos 44 Km. El de Belle-Isle (Morbihan), que es de lámparas giratorias, tiene un alcance de 50 Km.El Laberinto de Egipto era muy superior al de Creta por su magnificencia. Formaba un conjunto de doce palacios que contenían entre todos 1500 habitaciones con luz natural, y otros tantos subterráneos abiertos en la roca viva: estas cámaras subterráneas eran templos y sepulcros.

DEFENSA PROPIA.


Empujó la puerta con fuerza para que el golpe hiciera retroceder el pestillo y apretara el resorte antes de que se encajara en la cerradura; entonces, dio dos vueltas a la llave. La entrada de reja estaba cerrada, segura, pero, todavía, metió la mano entre los barrotes para coger las puntas de una gruesa cadena y unirlas con un candado.Me quedé mirando cómo este hombre hacía estas manipulaciones, sin prisas, con aire despreocupado, sin darme cuenta de que era una estupidez permanecer ahí, observándolo, mientras él se aseguraba de no dejarme ninguna posibilidad de escapar. Sin embargo, el ruido de la puerta y de la cadena se había metido en mi cabeza y, aunque había trans-currido un largo minuto y ahora todo estaba en silencio, aún me parecía estar oyéndolo.La celda era estrecha, apenas de dos metros por tres, pero muy alta; allá arriba un hueco más que una ventana dejaba entrar el aire y la luz. Había un camastro provisto de un colchón delgado cubierto con una cobija, un cobertor muy desteñido y una almohada de género tosco, casi de yute bruto. ¡La almohada sería un inconveniente! Desde mi niñez, me había acostumbrado a hundir mi cabeza a voluntad en almohadas de plumas; me gustaba su suavidad y la ti-bieza que producen, ambas cosas, propicias para descansar y dormir. ¿Podría hacerlo en una almohada tan tosca, rellena de duro crin de caballo?Instintivamente, me froté las manos. El frío de la celda se había apoderado de mi cuerpo y el ambiente helado me obligó a moverme: podía dar cuatro pasos a ritmo normal o seis si acortaba el desplaza-miento de mis piernas; pero talers movimientos no eran suficientes para entrar en calor. Me tendí en el suelo para hacer una serie de flexio-nes. Mis articulaciones crujieron con los primeros ejercios porque estaba agarrotado. ¡El cuerpo humano es algo formidable! El es-fuerzo hizo que mi sangre circulara con más velocidad y fuerza, por los mayores requerimien-tos de mis músculos y, el frío, poco a poco, fue dejando su lugar a una tibieza que necesitaba para tranquilizarme y poder pensar con claridad sobre lo que me estaba ocurriendo.A las dos horas o algo así, oí los pasos del guarda y el tintineo de sus llaves.- Es la hora de dormir - me dijo. En cinco minutos más apagaré la luz.No quise ni mirarlo. Sentí que me subía a la cabeza una rabia sorda, pero contuve el deseo de insultarlo. "A este pobre diablo - pensé -, lo tienen aquí para hacer cumplir las reglas" - ¡No era cosa suya permitir que la luz siguiera encendida!Pese a todo, sus palabras pronunciadas en tono de orden, me alteraron el pulso acelerando las palpitaciones en las venas que me cruzan las sienes. Transcurrió un largo para que se aquietaran y me dejaran tranquilo.
Defensa propia
Este era el momento de preparme para dormir. Me senté en la cama, que cedió un poco en su nivel, pese a que no soy un hombre grueso; me agaché para desatar los cordones de mis zapatos: ¡me había olvidado de que me los quitaron, lo mismo que mi corbata! Dicen que es para evitar que un detenido pueda ahorcarse. No era mi caso. Sucia y todo, para mí, la vida era lo más valioso. Además, siempre he creído que cada cosa tiene su momento determinado, sin anticiparse ni retrasarse.No me di cuenta en qué momento me dormí. Lo seguro es que me revolví muchas veces en la cama y que la almohada de crín resultó un tormento. Al dormirme no sabía que la hora de despertarse estaba fijada en el reglamento y que el guarda vendría para llevarme a los servicios; lo que sí sabía bien es que en esos lugares no podría ni ducharme ni asearme. Además, siempre que duermo en una cama que no es la mía, amanezco con el cuerpo dolorido y los músculos del cuello, duros, porque he dormido apoyando mi cabeza en una almohada de lana. Al despertar, si me he acostado borracho, me paso varios minutos juntando sensaciones para reconocer el sitio en que estoy, buscando algún detalle familiar. Pero, entonces, todo empieza a darme vueltas; a eso lo llaman la corona de hierro, pero este tipo de dolor de cabeza es peor aún si se han mezclado licores, lo que sucede a menudo: al avanzar noche ya no se cata el alcohol, lo imperioso es beber sin preocuparse mucho qué clase de trago.Este despertar en la cárcel, no fue bueno. No tenía corona, pero sí el cuello totalmente agarrotado. Hice torsiones de brazos, recogiéndo-los sobre el pecho y empujándolos hacia atrás para inflar el tórax.La noche fue larga.Desperté dos o tres veces por causa de la maldita almohada, aunque dormí profundo porque estaba cansado. En una de esas despertadas, por unos segundos, reviví todo: "Estaba en el cuarto de Betty y en medio de una mancha roja - decúbito dorsal, como dicen los polis -, yacía Roberto. Volví a ver el rostro de Betty, machucado, deforme con los moretones cubiertos con la sangre seca, lo que contrastaba con la blancura de su piel".Medio despierto, otra vez sentí que renacía mi rabia, pero el cansancio me hizo dormirme de nuevo.Al despertar por la mañana me volví hacia el costado derecho; es una vieja costumbre. En mi casa, asomado a la ventana de mi dormitorio, se levanta un árbol muy frondoso; es lo primero que veo, aún, con los ojos semicerrados. Los efectos de la luz en las hojas de sus poderosas ramas me sumen en un mundo irreal. Es cosa de poquísimos segundos, pero es mi primera sensación de vida. Ahora, al abrir los ojos, sólo capté obscuridad y al mirar hacia lo alto, la luz de la ventana me trajo a la realidad: ¡Estaba en la cárcel acusado de doble asesinato! La impresión que me causó este pensamiento fue tan tremenda que ni siquiera oí la llegada del carcelero, y su voz me sobresaltó, cuando me dijo:- De pie, póngase junto a la pared. ¡Quédese ahí y haga solo lo que yo le diga!No dejó de mirarme mientras metía la llave en la cerradura, dándole dos vueltas al revés; luego se ocupó del candado. Por un momento, imaginé que el hombre era ciego porque todo lo hacía a tientas para no quitarme los ojos de encima. Abrió la puerta hacia afuera, lo que era una protección adicional.
Defensa propia
- ¡Vamos! - dijo -, salga caminando lentamente y con las manos a la espalda; siga por el pasillo. Al fondo están los servicios.Hice lo que me dijo y a medida que me iba acercando al retrete se me llenó la nariz del olor de orines viejos. No pude disimular el asco que me produjo la taza rebosante de excrementos hinchados por el agua sucia y hedionda. Mi primera intención fue quedarme tal cual estaba. Hice correr el agua y me mojé las manos. La sensación del agua fría me estimuló para mojarme la cara y el cabello. Tenía la garganta seca, porque ronco un poco mientras duermo. Ahuecando las manos, bebí. ¡Me había olvidado de lo buena que es el agua para refrescarse y calmar la sed! No quise usar la toalla mugrienta y agité mis manos en el aire para secarlas.Le dije al carcelero:- Estoy listo.- ¿No quiere nada más? No volverá aquí hasta la tarde; son dos salidas diarias. ¡Haga ahora lo que tiene que hacer!Sólo me atreví a orinar. La taza, su contenido y mal olor, me quitaron otras ganas. Caminé rápido de regreso a mi celda que, ahora, me pareció más confortable; por lo menos, estaba libre de olores nauseabundos.Me tendí en la cama para olvidarme de la pequeñez del recinto. Mientras estuve en los servicios, alguien había venido para dejar encima del cajón-velador un jarro de café y un trozo de pan, duro y seco. Pensé en no comer, pero tenía mucha hambre porque llevaba demasiadas horas sin probar bocado. Metí el pan en el jarro, a medio llenar de un café desvaído y apenas endulzado; lo dejé chorrear, observando el tenue vapor que se le-vantaba del líquido. Y me puse a mascar, sin tratar de encontrar sabores. Comí medio pan y bebí unos sorbos de café. Me quedó un mal gusto en la boca que me obligó a esputar hacia el pasillo.Cerré los ojos, no para dormir, porque no tenía sueño; pero siempre que deseo analizar o recordar algo, me agrada tender-me en la cama y montar una pierna sobre la otra. ¡Así todo me resulta más fácil!La cárcel en la que estaba detenido, se levanta a un costado de la ciudad, muy próxima al río. Es un edifi-cio de ladrillos, orientado de norte a sur; la luz solar apenas da claridad, un rato, por las mañanas.Hacía más de una hora que había almorzado, de modo que podía calcular que el reloj marcaría entre las dos o dos y media de la tarde; sin embargo, la celda ya estaba obscura. Me había pasado casi toda la mañana dándole vueltas a la historia que había urdido, afinando los detalles, para poder contársela a mi abogado con naturalidad. Por momentos, me parecía haber elucubrado algo demasiado simple como para que sonara como una verdad; solo estaba seguro de que se tenía que emplear el argumento de la defensa propia.Me costaba trabajo pensar, ya que al revivir los hechos con todos sus detalles, solo por recordarlos, me inva-día una rabia sorda y las ideas se me alborotaban. Estaba convencido de que lo mejor era argumentar en firme la defensa propia; ¿por qué, entonces, me sentía inseguro? En uno de los cambios de postura de mis piernas, me vino la inspiración: me sentía inseguro por mi abogado. Este hombre nunca me había inspirado confianza.
Defensa propia
Le gustaba darse importancia y, en cosas nimias, como el simple pago de algún dinero a la Comisión Sanitaria para dejar sin efecto una denuncia contra alguna de las asiladas, él, la vestía de tantos detalles como si se trata de algo serio y grave. Sin embargo, ahora estaba en manos de el Colorado; debía contar con él para buscar a un criminalista que aceptara mi tesis de la defensa propia. Se encendió la luz de la celda y escuché el ruido de pasos y voces. Traté de relajarme y mostrarme tranquilo.- Tiene visita - dijo el carcelero -, metiendo la llave en la cerradura para abrir la puerta.Era el Colorado.- Señor, abogado, ya sabe que solo son quince minutos - agregó en voz alta.- Lo sé, gracias.Casi sin mirarme, me saludó:- Hola, Martín.- ¿Por qué has demorado tanto en venir?- Hombre, he venido apenas supe lo ocurrido, ¿no? ¡No me digas que estás nervioso!- ¿Por qué habría de estarlo?- Bueno, han pasado cosas, ¿no? Ya oíste que tenemos poco tiempo, lo mejor será que empieces a desembuchar, ¿no?Esa muletilla del Colorado, siempre me exasperaba, pero en esta ocasión tenía que oírsela, sin inmutarme. Tampoco quería mirarlo a la cara, y comencé a pesearme.- Tenía que arreglar unos asuntos en Curicó y volver al día siguiente, que era viernes. A mitad de camino me falló el coche, algo de los platinos. Fui a un garage y no tenían repuestos. Decidí dejar el auto ahí y regresar en un taxi.Cuando me asomé al salón, noté que las mujeres se asustaron al verme llegar. Crucé el comedor y seguí por el pasillo hasta la habitación de Betty. La oí gritar algo así como ¡Déjame, animal!. Abrí la puerta de una patada y vi a Roberto que estaba dándole a Betty una paliza en regla. Apenas me vió, tiró de la cuchilla y, rápido, se quiso echar sobre mí. Le hice un quite, pero alcanzó a hacerme este corte en la cabeza; la sangre me corrió por la frente. Se revolvió veloz para darme otra cuchillada. En ése momento fue cuando Betty se interpuso y la puñalada que Roberto me lanzó a mí, le dio a ella en pleno corazón. Cayó sin decir ¡ay!Roberto, se paralizó al verla caer y yo aproveché el momento para gol-pearlo con todas mis fuerzas: lo tumbé de un puñetazo. Le quité la cuchilla y, enfurecido por lo que le había hecho a Betty, le di de puñaladas hasta cansarme. ¡Eso es todo!- No es poco - comentó. ¿Tú estabas armado? ¿Pistola o revólver, quiero decir?- Ya sabes que nunca uso armas; siempre me han bastado mis puños.- Sí, eso he oído.- ¿Me crees, verdad?- Tú quieres decir que hay que alegar defensa propia ¿o me equivoco?- Pienso que sí: él me atacó con su cuchilla. Mira, aquí tengo la huella, ¿ves?Y le mostré la costra de sangre que tenía en el cuero cabelludo.- Eso está claro, para mí, al menos. Lo que quieres es alegar ¡Defensa propia! ¿no?
Defensa propia
Estuve a punto de estallar, pero el Colorado me estaba mirando fijamente. No era momento para enfurecerme.Y mi voz sonó entera cuando confirmé lo dicho: - ¡Ha sido en defensa propia!- Por lo menos, eso es lo que te conviene. Veremos qué dice el criminalista, porque tengo buscar uno, ¿no? Y más todavía ...¡Veremos qué dirá el juez! ¿Nada más? ¿ No se te olvida nada?No abrí la boca y sostuve su mirada.- Bueno, entonces, me voy a buscar a un buen criminalista y supongo que no habrá que fijarse en el dinero, ¿no?- En casa tengo varios miles, en billetes; si hace falta más, tengo lo necesario en el banco.- Ya te diré si hace falta. Hasta mañana, Mar-tín.- Hasta mañana, Colorado.Era la primera vez que estaba preso. La sensación de estrechez empezaba a agobiarme, pero comprendí que no podía permitirme el lujo de dejarme abatir. Tenía que pensar en otras posibles soluciones y fue cuando me acordé del diputado; un diputado puede mucho, incluso, con la justicia. En los servicios de seguridad de su partido, yo había hecho méritos poniendo orden en las manifestaciones, sin olvidar que le rompí la nariz a un periodista por meterse con él. El diputado siempre se había mostrado cordial y deferente conmigo. Los políticos saben estar bien con la gente que les ayuda cuando lo necesitan y nuca les faltan recursos para cualquier situación. No debía olvidarme de mencionarle este detalle al Colorado. Pero no hizo falta: consiguió a Robito, famoso como hábil criminalista y como maricón del traste. Le pareció muy bien la teoría que le expusimos. Además, las asiladas, sabedoras de que, en adelante, yo cortaría el bacalao en la casa, se prestaron para declarar solo y todo lo que les enseñó Robito. Dijeron que Betty y yo éramos una pareja muy feliz y bien avenida; dos de ellas declararon haber visto la agresión de Roberto y que yo había quedado cegado por la sangre de mi cabeza. El juez, de buenas a primeras, no quiso aceptar la proposición de Robito para concederme la libertad bajo fianza, y me pasé seis meses en la celda. Pero, como todo estaba a mi favor, no le quedó más remedio que decretar mi libertad incondicional por falta de pruebas, pese a que eran dos las personas muertas en este suceso.¡Creo que he dejado bien explicado, sin ser jurista, por qué soy partidario de la defensa propia!

NÓTRE DAME.


El que crece y vive en su ambiente natal, es posible que se pase años sin captar algunas circunstancias distintas con las que estamos acostumbrados a identificarnos; por eso, cuando viajamos a otros países, de repente, se descubren esos aspectos diferentes.
Yo estaba acostumbrado, por ejemplo, a mi estatura de 1.85, por lo que, general-mente, debía bajar la vista para conversar con la mayoría de mis interlocutores; sin embargo, nunca se me ocurrió pensar que éste era un hecho que me diferenciaba de muchas personas. En una oportunidad en que visité Yugoslavia, un atardecer, mientras paseaba por la rada del puerto de Dubrödnik, en medio de centenares de jóvenes parejas que disfrutaban del aire costanero, me sentí desorien-tado; algo no funcionaba normalmente en mi cabeza. Y tardé un muy largo rato en comprender el motivo: la estatura de la mayoría de los paseantes se acercaba o sobrepasaba los 2 metros, es decir, para mirar sus rostros yo debía mirar hacia arriba. Era una sensación nueva para mí. La siguiente experiencia, también opuesta a mi costumbre, me ocurrió en París. Mi hijo Jorge, me invitó a escuchar un concierto de órgano en la catedral de Nôtre Dame. ¡Sería estupendo escuchar la música de Bach en un lugar tan adecuado! Era domingo. La vieja catedral del siglo XII apretujaba a cientos de personas en todas sus naves y pasillos, pese a lo cual continuaba afluyendo gente que avanzaba con gran dificultad por los pasillos laterales para contemplar, solo de reojo, los muy famosos vitreauxs.No me gusta asistir a coctéles, porque nunca hay un sitio para sentarse y estar cómodo; en Nôtre Dame no se trataba de beber copas sino de escuchar obras maestras de Bach y era más indispensable que nunca la posición sentado.Me arrimé a una pared y dejé que mi cuerpo se deslizara hasta las frías losas del piso. No diré que era cómodo, pero estaba sentado.Todavía faltaba una media hora hasta el momento en que estaba anunciado el concierto.En esos momentos, se me ocurrió pensar que mi postura era la de los mendigos, que se sientan en el suelo, flectan las piernas y abrazan sus rodillas, con la espalda curvada hacia adelante, el tórax paralelo a los muslos y el cuello doblado hacia arriba con la cara suplicante y una mano extendida. Es una posición que cansa mucho a quien no está acostumbrado a ella; por eso, mantuve la vista baja y, casi sin darme cuenta, me puse a observar los tipos de calzado que desfilaban ante mis ojos, es decir, estaba mirando a la gente desde un diferente ángulo. Y, entonces, pensé que todos los pares de piernas arrastraban una historia humana, y esa idea me llevó a inventar una para cada una de ellas.Lo primero que vi fueron unos gruesos zapatos de color marrón, de doble suela y punteras estampadas. Pensé: "Este es un norteamericano, de fuerte carácter, casado, de unos 50 años, jefe de sección y con bastantes más kilos de lo aconsejable". No pude ver al dueño de los zapatos para comprobar si había acertado en algo, porque un tropel de gente me impidió la visión.
Nôtre Dame
La siguiente predicción era más fácil. Los zapatos, que casi se reventaban para sostener a una mujer joven que, segu-ramente, era una comedora insaciable de helados con crema y de todo lo que le pusieran por delante. Lucía unas piernas de elefante e imaginé que tendría manchas rojas en la entrepierna.El siguiente turno fue para unos zapatos de mujer con tacos aguja ¡¿será porque clavan como si fueran puñales?¿, piernas bien torneadas, empeines altos y el exterior de las plantas marcados por juanetes. Aquí era fácil equivocarse, porque una mujer con tacos aguja puede ser una señora elegante o una mujer de la vida. Si el maquillaje es suave, el peinado sen-cillo y va vestida con colores pálidos, puede parecer una ninfa de la fuente; pero, si el traje es de seda amarilla o roja, se sombrea los ojos de azul y los párpados con doble línea negra, si lleva un peinado alto y ensortijado, puede convertirse en una mujer de riesgo. Luego examiné unas sandalias del 45, posiblemente, de un fraile venido de lejos para atesorar nuevas visiones que contar a sus fieles provincianos; llevaba las uñas muy bien cortadas y los pies limpios, aunque ver su desnudez me produjo un fuerte escalofrío. A lo mejor, la Iglesia impone esta regla para doblegar la voluntad del creyente y hacer que se humille ante la fe, cosa que logran muchas religiones, si se presenta como voluntad del Altísimo. Lo que siguió fueron unas ruedas de un cochecillo eléctrico, es decir, eran como los zapatos del lisiado que transportaba; el pequeño vehículo son sus piernas y le permiten ir de un lugar a otro; el carrito tiene teclas para hacerlo avanzar, retroceder o girar a la derecha o izquierda. ¡Movilidad para un inmóvil! Yo nunca había pensado en lo importante y necesario que es tener un par de piernas o, al menos, una. Este joven era un triste ejemplo, pero a su paso solo despertaba compasión, y no nos lleva a la reflexión.En Nôtre Dame todos iban calzados y caminaban sobre sus zapatos, pero en México he visto a mujeres que avanzaban arrodilladas, sangran-tes sus carnes, sin un quejido, porque iban en busca de la virgen morena de Guadalupe, santificadora de sus penas. ¡Y así recorren kilómetros! De modo que le fe no solo mueve montañas.Hace algunos años, los creadores de modas despojaron a los obreros de sus ropas de trabajo para convertirlas en indumentaria juvenil y los jóvenes se complacen en exhibir las marcas, que es como decir el gran dinero han pagado. Ahora, le ha tocado el turno a los de-portistas; por eso, pasan unas zapatillas negras, montadas sobre gruesas suelas de goma, abro-chadas con unos cordones que más parecen cordeles, todo, para reflejar una apariencia muy tosca, pero es lo que lleva la juventud. ¡Algunos jóvenes son capaces de matar para tenerlas! Porque las marcas invierten millones para que unas zapatillas o una vestimenta, con aspecto de desgastadas, hagan que los jóvenes se sientan tan seguros como si fueran armados: mirada desafiante, paso decidido y una insolencia acorde con el costo de las zapatillas, que demarcan el terreno que pisan, como hacen los animales del bosque. ¡Es la irresistible fuerza de la propagan-da!Del viejo concepto de Poderoso caballero es Don Dinero hemos pasado a Poderosa Dama es la Publicidad.Pero, volvamos a Nôtre Dame.Pasan unos zapatos de charol, brillantes como la cara de un pianista negro, los tobillos huesudos y delgados, como los de un corredor de velocidad. Aunque, también puede ser un hombre de la noche, de esos que dominan un territorio más amplio que todo un cuartel de policía de la ciudad.
Nôtre Dame
Seguro que es un buen bailarín, porque el calzado liviano debe servirle para dar giros rápidos y elegantes, levantando los pies para que el brillo del charol reluzca en los ojos que miran.Estaba en medio de estas divagaciones cuando el órgano resonó potente, llenando todo el ámbito, pero no se produjo el silencio necesario y no había dejado de fluir el río de per-sonas ni se calmó el desasosiego de tanta gente apretujada. Así fue que no me pareció adecuado escuchar a Bach en medio de tal tráfago humano, porque es bien sabido que no se puede servir a dos señores a la vez. ¡Tal vez se pueda, pero sale mal!Afuera, en la plazoleta, alguien hacía resonar unos aires populares pulsando una guitarra española, electrificada y conectada a un altavoz. La caja de la guitarra, abierta y depo-sitada en las baldosas, eracomo un cepillo eclesial, inmóvil y muda petición de óbolos para el humilde payador.Entonces, se me ocurrió pensar que, junto a las torres de la catedral de Nôtre Dame, había una demostración de que el irresistible avance de la técnica moderna también ayudaba al progreso de la mendicidad callejera.

DON ENSELMO.


La muerte de don Anselmo, que carecía de parientes, enfrentó a Ifigenia con varios problemas que ella no sabía cómo solucionar.Se le ocurrió telefonear a don Esteban. Tuvo que ir a una cabina telefónica. En casa se había suprimido este servicio hacía años, porque don Anselmo no tenía amigos a quién llamar y los que habían sido sus amigos, tiempo hacía que no tenían interés en comunicarse con él.Ifigenia recurrió a don Esteban, porque fue la última persona de la tertulia que dejó de visitar la casa y le dio la noticia, suplicándole que la ayudara porque la pobre mujer no sabía qué hacer en tales circunstancias.Don Esteban pensó que era necesario llamar a los antiguos miembros de la tertulia y telefo-neó a don Anto-nio, a don Roberto y a don Crisóstomo, citándolos a reunión en casa del difunto.Don Anselmo, nunca fue un hombre común. sDesde que aprendió a gatear, le gustó jugar solo, en silencio; era un niño que podía pasarse horas entretenido con sus juguetes, sin necesidad de compañía. Su abuelo estaba encantado de tener un nieto que no lo dis-trajera de sus lecturas y fue él quien se había empeñado en enseñarle a leer apenas terminaron las fiestas de celebración de los primeros cuatro años del niño. Lo inició con esos libros en que las ilustra-ciones son más dominan-tes que las palabras, pero esas pocas pa-labras el nieto las aprendió con increíble facilidad y a los pocos meses ya podía leer libros de cuen-tos impresos con llamativas tapas de cartón y letras grandes y sencillas, casi sin ilustraciones. Entonces, su aislamiento se hizo más notorio.También, a temprana edad, lo enviaron a un colegio para infantes y tampoco mostró interés por participar en los juegos de los otros niños; Anselmito, arrinconado en el patio, leía y leía, sin importarle otra cosa.No demoró mucho en aprender a escribir y, desde entonces, tomó el hábito de escribir resúmenes de lo que leía. Los fines de semana releía estos resúmenes de modo que, en su cerebro, iba acumulando conocimientos en forma portentosa y, al mismo tiempo, desarrollaba prodigiosamente su memoria, al extremo de poder repetir, casi textualmente, todo lo que había leído.Anselmito fue siempre el mejor alumno de su clase.Pero, para él lo primero era leer. Jamás se dejó seducir por sus com-pañeras de curso, pese a ser un joven muy atractivo; nunca se le conoció el más mínimo renuncio a sus lecturas para dedicarlos a alguna muchacha de su edad. Su ingreso a la Universidad, en este aspecto, tampoco trajo cambio alguno. Se inscribió en Pedagogía para seguir estrechamente ligado a los libros y a la lectura. Se tituló profesor de Literatura con las más altas calificaciones. Sin embargo, una circunstancia fortuita, le impidió llegar a ejercer su profe-sión. Ocurrió que, ese mismo año, falleció su única tía, de la que heredó una enorme fortu-na en dinero, acciones y edificios, incluso, la mansión en que vivía. Don Anselmo recién había cumplido los 24 años.Este inaudito golpe de fortuna, no modificó su estilo de vida, que era sobrio, casi ascético, aunque ahora podía darse el gusto de visitar las librerías y comprar todos los libros que le interesasen.En estos trajines por las librerías trabó conocimiento con don Esteban, también, profesor y gran aficionado a la lectura. En su casa, don Esteban, mantenía una tertulia con otras personas de gustos afines; don Anselmo se incorporó a la tertulia con entusiasmo, participando en las discusiones y mostrándose inflexible en sus opiniones. Dado que don Esteban no tenía más entradas que su modesto sueldo de profe-sor, él y los restantes tertulianos aceptaron entusiasma-dos el ofrecimiento de don Anselmo de efectuar las reuniones en la biblioteca de la gran mansión que había heredado.Todos eran personas de sólida cultura que disfrutaban discutiendo sobre todos los temas. Pero, la rigidez de las opiniones de don Anselmo alteraban el tono de los debates de la tertulia a tal extremo que ésta, a duras penas, se mantuvo unos tres años. La intransigencia del dueño de casa, agotó la paciencia de los contertu-lios que, uno a uno, desertaron. La soledad nunca había asustado a don Anselmo, quien siguió dedicando todo su tiempo a la lectura y a escribir sus resúmenes.Don Esteban debió hacerse cargo de los trámites funerarios. También la diligencia de Ifigenia dio con el abogado Julián Miralles, que se sumó al escaso cortejo que acompañó a don Anselmo, enterrado sin discursos ni coronas.Dos días después, el abogado Miralles citó a los amigos para escuchar las disposiciones del testamento. Estaban reunidos en la biblioteca, esperando la llegada del abogado.- Anselmo, ha sido el caso más singular que he conocido - empezó diciendo don Esteban-. En verdad, nunca supe de alguien que hiciera de la lectura la pasión y el objeti-vo único de su vida. Quizá era muy quisquillo-so, pero no me cabe duda de que era muy inteligente.- ¡No era inteligente! - intervino don Crisóstomo -; tú te dejas llevar por tu bondad. Bien mirado, Anselmo era un egoísta y un inútil: creía que solo era importante lo que él consideraba importante. Es claro que al manejar una enormidad de conocimientos, podía conversar y discutir inteligentemente. ¡Pero tal cosa no prueba que fuera inteligente!- Lo que sí tenía era una suerte descomunal - dijo don Antonio.- Yo diría que tuvo una tía descomunal - ironizó don Crisóstomo.Rieron un poco por el retruécano.- Tú, Antonio, lo criticabas porque nunca trabajó para nadie. Eso de no trabajar no es criticable - trabajar por un estipendio, quiero decir -, si se tienen los medios para vivir sin recurrir a los sablazos o a otros ejercicios parecidos. Lo digo por mí, que nunca he podido darme un gusto completo: siempre me ha fallado o me ha faltado algo.- ¡Así es la vida! - exclamó don Roberto. ¡Hay quienes pasan sus días mirando a la casa del vecino! Aunque sé que no es tu caso, Antonio.- Esteban, ¿sabe alguien si Anselmo era virgo?- Nunca supe si era Libra, Cáncer o Virgo; pero creo que Anselmo era virgen.- Curioso personaje. ¡Podía tenerlo todo y lo único que hacía era leer y leer! ¡No he logrado comprender por qué! Nunca aprendió a discutir: solo quería imponer sus ideas y, sin duda, era un buen argumentador.- A mí me encanta leer y aprender, pero como tú dices, Roberto, los conocimientos se mejoran con una sana discusión, pero no me gusta el que discute para tener siempre la razón. La exhibición de conocimientos, es una forma de soberbia y, creo yo, pasa a ser una forma de desprecio a terceros.
Don Anselmo
- Eso es muy cierto - dijo Crisóstomo - mientras encendía un pequeño cigarro de hojas.- Por otra parte - prosiguió don Esteban -, yo no rechazo otros atractivos de la vida, que los tiene, y muchos. Me gusta comer bien, beber un buen vino ... y meterme en la cama con una buena hembra ¿no están Uds. de acuerdo?- En la variedad está el gusto - dice el refrán de la sabiduría popular, y bien que lo sabes y lo practicas mi querido Esteban.- Miren Uds. Yo, por mi parte, tengo una teoría: Creo que las religiones han inventado el pecado, como una manera de combatir los vicios. Sin embargo, a mí me parece que los vicios son de las mejores cosas del buen vivir, pero, al mismo tiempo, pienso que lo peor de la vida es transformarse en un vicioso. Y, por favor, tomen en cuenta de que no solo catalogo de vicios al alcohol, el tabaco, o el juego; todo puede llegar a ser un vicio, incluso, el trabajo, el sexo, el comer, el arte o la política ... Si alguien se dedica a una cosa en exclusiva, si se hace dependiente de ella, como el drogadicto de la droga, se convierte en un vicioso. Nuestro Ansel-mo era vicioso de la lectura. ¿Y de qué le sirvió? ¡Ni siquiera para vivir medio siglo!- Me gusta esa diferencia que haces entre vicio y vicioso - dijo don Crisóstomo. Estoy de acuerdo con tu teoría y es más, te diré que ¡me gusta muchísisimo!En ese momento, apareció Ifigenia con una bandeja con pocillos de café, una jarrita de leche y un canasti-llo con galletas y almendra-dos.- He pensado que les gustaría un café para acortar la espera - dijo -, depositando todo sobre el escritorio.- Gracias, Ifigenia - dijo don Roberto. ¡Siempre he dicho que a Ud. no se le va ni un detalle!- Yo pienso lo mismo - dijo don Antonio. Y, por eso, quisiera preguntarle algo.- Ud. dirá, señor.- Nuestro amigo ya reposa en paz, pero ninguno de nosotros sabe de qué murió. ¿Nos lo puede decir Ud.?- El médico dijo que fue una anemia aguda, pero yo tengo otra idea ... que puede parecerles algo tonta.- Cuéntenos, Ifigenia.- Ya saben Uds. que llevo unos veinte años sirviendo en esta casa. Don Anselmo, cuando me contrató, me dijo: "Señora, todo lo que quiero en mi casa es sosiego y silencio; puede Ud. llevarla a su gusto. Hágame una lista de gastos y cada mes le daré un cheque: no tendrá que rendirme cuentas de cómo gasta el dinero. Yo necesito muy pocas cosas para mí".- Ifigenia, todos sabíamos que era un hombre raro; lo que nos dice no nos aclara nada - dijo don Esteban.- Siempre se alimentó muy mal; muchas veces la comida se le enfriaba y, otras, comía muy poco, porque nunca despe-gaba los ojos del libro que estaba leyendo, y se sabe que comer así no da provecho al cuerpo.- ¿Y de mujeres? - preguntó Roberto.- ¡Nunca supe de ninguna! Ya les digo que lo único que hacía era leer.- ¿Y no salía a calle, a pasear?- No, desde hace añoss. Cuando venían Uds. ya los libreros le enviaban los catálogos, él escogía los libros y yo se los iba a buscar.- Pero, Ifigenia - ¡Todavía no nos ha dicho de qué murió! - exclamó Ronerto.Don Anselmo
- Desde hacía meses, apenas le daba unos mordiscos al pan; pero nada de comida: ¡Yo creo que murió de hambre! Todos la miraron, incrédulos, pero no alcanzaron a hacer comentarios porque en ese momento llegó el abogado Miralles, quien, muy circunspecto, pero con prisas, dio lectura al testamento de don Anselmo Flores: Legaba sus bienes para crear una Fundación dedicada a la Lectura. La Fundación debería ser administrada por sus amigos de la antigua tertulia y don Esteban sería el Presidente. Establecía que se debían liquidar todos los bienes inmobiliarios; parte del capital estaría destinado a financiar la transformación del palacete para dotarlo de cómodas Salas de Lectura; el resto se invertiría en bonos del Estado, cuyas utilidades servirían para el financiamiento de todos los servicios. Ifigenia, a la que se le reservaban algunas habitaciones, era nombrada administradora del inmueble, de por vida.Ifigenia había acertado en su pronóstico. El cadáver de don Anselmo no pesaba ni 35 kilos cuando lo depositaron en el ataúd. ¡Había castigado su organismo más duramente que un asceta hindú! El parte médico certificó una anemia aguda.Al enterarse de su contenido, don Esteban, exclamó:- ¡Un hombre tan rico murió del mal de los niños del Tercer Mundo! Y permítanme que utilice este caso para reafirmar mi teoría: ¡Anselmo, murió porque era un vicioso de la lectura!

LA RAZÓN DEL VINO.


Las tierras del abuelo, situadas en los faldeos cordillera-nos, no eran generosas en sus rindes y los desniveles obligaban a grandes esfuerzos en los trabajos de prepararla para la siembra. Junto a las casas, las viñas abarcaban poco más de tres hectáreas, lindantes con un bosquecillo de fieros espinos, chatos y ralos, detrás del cual se extendían unos terrenos de pasto duro y seco, del que se alimentaban ovejas y cabras; más allá, unas lomas trigueras y una quebrada por cuyo fondo corría un arroyo que regaba, en el bajo, unos potreros de pasto verde para caballares y vacunos. ¡Tierra inhóspita que cobraba caro el salario de ali-mentar y dejar vivir, pero nada más!Todos los años pasaba mis vacaciones en estos lugares. Ese verano, muerto el abuelo, debía hacer una visita de cortesía a don Esteban Navarro, su vecino; me acompañaría Segundo, hijo de nuestro mayordomo.La primera vez que vine a estas tierras, le pedí a Segundo que ensillara mi caballo. Me dijo:- El jinete debe ensillar su animal, ¿es que no sabe ensillar?- No con éste tipo de montura - contesté.- ¿Y qué le enseñan en la escuela, entonces?No había ningún dejo de ironía en su pregunta.- Muchas cosas: matemáticas, geometría, biología, inglés.Guardó silencio. Seguramente, nunca había oído esas palabras.Y se dispuso a la tarea de ensillarme el caballo. Primero colocó un saco pelero, luego el abatanado y la montura, y encima un pellón de oveja cruzado por la cincha. Era muy hábil. Metió el hombro por debajo del pescuezo del animal y dándole unas palmadas en el antepecho, lo hizo retroceder.- Este pingo es un diablo - comentó -, se hincha para que no le apriete la cincha; por eso lo hago moverse, ¿se fijó?- No, Segundo, no me di cuenta.Montamos para iniciar nuestro camino. Llegamos hasta los lindes de las tierras del abuelo para enfilar rumbo hacia las casas de los Navarro. Poco antes de llegar, el muchacho me comentó: - ¡Es bien raro el caballero éste!Esteban Navarro era un hombre alto, de cuerpo grueso y pesado; me pareció que su cabeza era demasiado pequeña para armonizar con su corpulencia. Su rostro era desa-gradable, la boca casi una línea y los ojillos escondidos tras una tupidas cejas, parecían estar al acecho de algo. Hablaba a gritos, tratando de imponer autoridad.- ¡Así que Ud. es el nieto de don Manuel! - exclamó.- Sí, don Esteban,- dije, alargándole la mano, y agregué-, Mucho gusto.- ¡A ver! - Traigan vino para festejar a la visita.- Si no es molestia, don Esteban, preferiría chicha.
La razón del vino
- Dicen que la chicha refresca el hígado - comentó. Yo prefiero el vino; es más trago. ¡Que sea chicha! - ordenó.Un hombre joven y silencioso trajo una jarra de chicha y otra de vino tinto. Don Esteban se sirvió vino. Alzó la copa para mirarlo al trasluz, lo pasó bajo sus narices olfateando el olor del orujo. En el campo todo el mundo dice que en el ollejo de la uva el sol templa el sabor de los mostos.- ¡A la salud de los ausentes! - brindó.Bebió un largo sorbo, abriendo las mandíbulas y ahuecando la lengua para que el vino bañara toda la cavidad bucal. Lo saboreó antes de dejarlo deslizarse por la garganta; al final, chasqueó la lengua y se restregó los labios con el dorso de su mano izquierda.Ese día, Navarro había regresado más temprano que de costum-bre, y con hambre. De la alacena sacó media tortilla de rescoldo, queso de chanco y vino. Se sentó a comer y a beber. El vino le dejaba en la boca rastros de tanino, lo que aumenta-ba su sed y lo obligaba a beber largos tragos. Tenía la jarra a mano para rellenar el potrillo, un vaso ancho, de color verde, y en el silencio reinante oí el sonido cantarino del líquido al caer. Algunas gotas salpicaron la mesa y el hombre las escurrió, con sus dedos gordos, como si quisiera incrustarlas en la madera.Luego de beber, lanzó al aire un suspiro, que lo mismo podía ser una queja, y se sumió en una total inmovilidad. Uno podía suponer que su estatismo se debía a que algo muy doloroso le calaba el alma y que su espíritu estaba aplastado por una profunda angustia. En el momento de nuestra llegada, llevaba varias horas bebiendo; por eso, tal vez, no hizo esfuerzo alguno por entablar una conversación, y solo dijo en una oportunidad:- ¡Sírvase más, joven! No sea corto de genio.Al despedirnos, me estrechó la mano con fuerza mirándome a los ojos, larga-mente, sin decir nada.- Cuando agarra trago, no lo deja en varios días - me dijo Segundo. Pasaron varios años, de esos años a los que llamamos monótonos, porque parece que no ha sucedido nada. Sin embargo, durante ese lapso yo había terminado mis estudios del colegio y ahora cursaba tercer año de Derecho en la Universi-dad. Pero, todo cambió bruscamente. Mi padre murió en un accidente automovilístico. Yo era el hijo mayor y estaba obligado a cuidar de mi madre y de mis hermanos menores; además, debía terminar mi carrera. En consejo de familia, se decidió que había que vender las tierras del abuelo para contar con un dinero que financiara nuestras vidas hasta que yo finalizara mi carrera; pero queríamos vender a quien mantuvie-ra en su trabajo a Pedro, nuestro fiel administra-dor. Esta condición que dificultaba la venta; pero, finalmente, encontré un comprador. Viajé al campo. Pedro, que no puso trabas, solo dijo:- Ojalá sea un hombre bueno, como Ud. dice. ¡Aunque nunca se sabe, verdaderamente, cómo son las personas !- Pedro, le aseguro que es un buen sujeto.- Si Ud. lo dice, yo le creo. Pero, mire lo que pasó con don Esteban Navarro, ¡que parecía tan hombre!
La razón del vino
- ¿Navarro, el vecino borracho? - pregunté, evocando aquella silueta de gigante, de la que casi me había olvidado, ¿qué pasó con Navarro?- Güeno, que el Toño se acriminó con él.- ¿Y cuándo sucedió eso, Pedro?- Ya van para cinco años ...- ¿ Y cómo fue?- Es una historia larga y se cuenta según se mire - dijo en tono despectivo. Y agregó: - El Segundo la sabe bien.Segundo se había transformado en un mocetón, que se mantenía soltero.- El jutre era un mariposón - me dijo, derechamente.- ¡No es posible! ¡Ese tremendo hombronazo!- Bueno, era lunático y le daba a los dos lados. Debido a eso, el Toño se lo cargó.Me vino al recuerdo aquélla lejana tarde. Reviví la escena en todos sus detalles. La forma en la que el hombre bebía, su inmovilidad. Recordé haber pensado, entonces, que me pareció que algo muy angustioso atenazaba su espíritu, y le obligaba a beber.- ¿Toño era el que me sirvió la chicha?- Seguro, desde que volvió de las minas trabajaba para don Esteban.- ¿Y Toño también era maricón?- No, patrón, no - se apresuró a decir Segundo. ¡Dése cuenta de que él era el entrante! ¡El jutre era el mariposón!Entonces me enteré de que en el campo la homosexualidad solo marca, desde-ñosamente, al que desempeña el rol de mujer; por el contrario, el otro actor, acrecienta su reputación de virilidad. Así lo entendía Segundo.Me propuse averiguar detalles del crimen, de su desarrollo.Fui al Juzgado y con el pretexto de ser Licenciado en Derecho, pedí autorización para revisar los legajos y compararlos con las versiones de los campesinos.Esta es la historia registrada en el juzgado:Esteban Navarro, cada cierto tiempo, bebía durante varios días, como un deses-perado, hasta que ya no podía controlar el deseo de ser poseído sexualmente.En el interrogatorio, Toño había declarado:- ... tomaba y tomaba hasta que se le pasaba la sopaipilla. A mí me daba licor juerte, que me calentaba la sangre.Un día me preguntó cómo se arreglaba la cosa en la mina si no permitían la presencia de mujeres.- ¡Aguantándose! - le contesté.Y entonces me preguntó si lo hacíamos entre hombres. Le dije que sí, pero sólo cuando apuraba la causa. Ahí jué cuando me lo pidió; yo estaba con muchos tragos encima. Al día siguiente me mandó al pueblo a entregar una carretada de trigo.Desde entonces, cada vez que se emborrachaba y pasaba eso, al día me mandaba al pueblo con algún encargue - terminó declarando Toño.La última vez, ya iba para cinco años, a mitad de camino, Toño se dio cuenta de que había olvidado la papeleta de tránsito y tuvo que regresar al fundo para recogerla. La razón del vino
Al entrar en su rancho, sorprendió a don Esteban haciéndole el amor a la Rosa, su mujer. El asombro lo paralogizó unos instantess, no obstante, pero al momento supo lo que tenía que hacer. Sin embargo, al coger la echona algo cayó al suelo alertando a la Rosa, que lanzó un alarido de terror. Pero ya Toño clavaba una y otra vez la filosa herramienta en la espalda de don Esteban hasta causarle la muerte. El cuerpo del hombre protegió a Rosa, que estaba desnuda y no sufrió daño alguno.Así fue como Toño se enteró de que, evaporado el efecto del alcohol, después de cada noche de mariposón, don Esteban, queriendo sentirse macho, lo convertía a él en cornudo.

EL COMETA PELTIER.


La tempestad empujada por un viento huracanado siguió su marcha hacia el sur, dejando la ciudad a obscuras; las aceras se transformaron en trampas y, en los cruces de calles, se formaron pequeños arroyos. Había cesado la lluvia torrencial, aunque seguía cayendo una fina llovizna.La hermosa capital provinciana, a obscuras y sumida en un silencio que crispaba los nervios, parecía una ciudad abandonada. Incluso el barrio de los noctámbulos estaba silencioso, los pocos clientes se habían marchardo. Así sucedió, también, con tres estudiantes.- ¡Qué noche de perros! - dijo Arturo, el más alto de ellos.- ¡Parece una noche de brujas! - replicó un muchacho regordete -con cierta ironía en la voz.El tercero fue más explícito.- No es noche ni de perros ni de brujas, pero es una muy especial: ¡sucede solo una vez cada 75 años! - ¿Qué dices? - preguntó el joven regordete. - Esta noche, se acercará a la tierra el Cometa Peltier y pasará sobre nuestras cabezas. Yo quiero verlo porque ya no estaré vivo para su próxima visita. - Yo me voy a casa - dijo el joven más alto.-¡Hombre, no seas así! - exclamó el gordiflón. Acordamos seguirla hasta las cuatro, y recién son las dos.- Jaime, podemos quedarnos conversando aquí, hasta que llegue la hora.- No, Gordo - dijo el interesado en el cometa. Es mejor que vayamos al cerro y subamos hasta el Mirador. Desde lo alto veremos completa su trayectoria.Convencieron al joven indeciso y se encaminaron hacia el cerro, que estaba al otro lado de la ciudad.La obscuridad se asocia con lo desconocido. El hombre, en medio de la obscuridad, enciende su miedo para que lo acompañe. Los jóvenes iban caminando en silencio. El Gordo sentía la necesidad imperiosa de hablar para que no notaran su estaba nervioso.- Esta obscuridad - empezó diciendo - me recuerda la apuesta que le hicimos el año pasado al fanfarrón de Cabero. Bebíamos unas cervezas y nos pusimos a hablar de fuegos fatuos, de apariciones y de todo eso. Cabero afirmó que eran cuentos para niños.- Escuchen - dijo -, cuando yo tengo un problema serio, me voy al cementerio a meditar sentado en la tumba de mis familiares. Incluso, he ido de noche.Lo llenamos de tantas pullas ante tamaña declaración, que él mismo nos propuso ir al cementerio en es momento. Así lo hicimos. Cabero parecía tranquilo cuando trepó por las molduras de la reja y saltó al interior. Pasaron dos o tres minutos y, de pronto, por el crujir de la gramillas comprendimos porque alguien corría hacia donde estábamos aguardando. Era Cabero. Trató de trepar la reja, pero, sin fuerzas, rodó desmayado por el suelo.En ese momento, oímos una voz que nos sobrecogió:- ¿Quiénes son Uds.? - preguntó.Vio a Cabero, en el suelo, desvanecido, y encendió su linterna para alumbrar el cuerpo que yacía a sus pies.- ¿Qué hace este joven, aquí?
El cometa Peltier
Tomó a Cabero por los hombros y lo volvió para observarlo mejor. Los ojos de Cabero estaban llenos de miedo. Ni siquiera nos reconoció.- ¿Dónde estoy? - gimió, débilmente.- En el cementerio. ¿Qué te ha pasado?- Allí - y le temblaba la voz y la mano indicadora - hay un fantasma. ¡Quiero salir de aquí! - gritó, desesperado.- ¿Qué han venido a hacer al cementerio a medianoche? - preguntó el guarda. Le contamos lo de la apuesta. Con la cara llena de risa, se dirigió a Cabero:- Es cierto que hay un fantasma, pero es un esqueleto que instalo todas las noches, antes de irme a dormir. Tiene un mecanismo que lo hace moverse todo el tiempo, como si bailara. Es para espantar a los profanado-res de tumbas. ¿Quieren verlo?Era un monigote de cartón muy bien hecho y montado sobre finos hilos de nylon; la cuenca de los ojos estaban rellenos de material fosforescente, que emitía reflejos al menor movimiento.Fue una lección para Cabero. ¡Ya no es tan fanfarrón!Caminaban por el Parque de Flores, ya en la subida del cerro. Entonces habló Arturo.- Yo soy nervioso y eso me molesta, pero no lo puedo evitar ni dominar; por eso soy miedoso y si el miedo se apodera de mí, soy otra persona, ¿comprenden?- Bueno, Arturo, no tienes que dar explicaciones.- Siento miedo desde que era niño. Eso se lo debo a María, mi niñera, que era ignorante y supersticiosa. Siempre me amenazaba con el Diablo, si yo no quería comer la sopa. Tendría yo unos cinco años la primera vez que me sentaron a la mesa con los mayores. Un día, mi padre no quiso tomar la sopa que le sirvieron, y yo le dije:- ¡Papá, tómate la sopa si no quieres que venga el Diablo y te lleve!- Niño, ¿qué tontería has dicho? ¿Qué es eso del Diablo?- María dice que el Diablo se lleva a los que no toman sopa.- Mira, hijo, ¡no existe el Diablo! ¿Está claro?- Si, papá - dije yo, muy contento.- Y Ud. hable con María y dígale que le prohíbo que asuste a este niño con tamañas barbaridades - le dijo a mi madre.Yo decidí burlarme de María. Me subía al alféizar, por las noches, gritando: - ¡Ven, Diablo, que te espero, ven si te atreves! A la tercera noche, en medio de mis desafíos, abajo en el patio, surgió una figura fantasmal, diciendo:- ¡Soy el Diablo y te llevaré porque eres malo!Me desmayé y caí rodando por el techo hasta las canaletas de desagüe; de ahí me rescató María. Yo lloraba sin consuelo, pese a que María me aseguraba que no había visto al Diablo, que solo había sido ella misma oculta en una sábana blanca.Desde entonces, el miedo no me ha abandonado jamás y de nada me han valido mis esfuerzos para dominarlo; por eso les he acompañado esta noche y estoy aquí para probarme una vez más. - Hombre, si estás aquí con nosotros - dijo el Gordo - es que no eres miedoso.
El cometa Peltier
- Soy miedoso, lo que pasa es que no soy cobarde.- Eso es verdad - dijo Jaime. El miedo es algo individual y transitorio; la cobardía es permanente. - Buena frase -dijo el gordo, irónico.- Las niñeras y las madre - dijo Jaime - nos incuban el miedo desde niños. A mí, mi Nana me contó una historia que parece muy simple, pero si te acuerdas de ella, de noche y en lugar obscuro, no dejas de sentir un cierto escalofrío en el cuerpo.- ¿Y cómo es tu historia? - preguntó el Gordo.- Es, más o menos, así. . Miró hacia la otra acera, escudri-ñan-do, y al oír otra vez el llanto cruzó la calzada. En el umbral de una casa había un envoltorio de papeles de periódicos. Extreman-do sus precaucio-nes, dobló su cuerpo para coger el bulto; abrió el paquete y, a la luz del farol callejero, vio que el bulto era un recién nacido. El borracho se sintió inundado de ternura y sus ojos se llenaron de lágrimas. <¿Quién podría ser tan infeliz como para abandonar en la calle a un recién nacido?> La criatura, al ver al borracho, le sonrió, e-ntreabriendo su boca pequeñita, pero a medida que su sonrisa se ensancha-ba, la boca se hacía más y más grande. ¡Y, entonces, el borracho pudo ver que la boca tenía unos dientes enormes! El Diablo, gritó, despavorido; dejó caer el envoltorio y emprendió veloz huida para alejarse del lugar. La carrera del borracho alertó a un vigilante nocturno y en el momento en que éste pasaba a su lado lo agarró de un brazo, deteniéndo-lo bruscamente.- ¿Qué le pasa a Ud., por qué corre así?Al borracho, el susto, le había espantado la curda. La presencia del policía le devolvió el alma al cuerpo y, todavía, acezando, le contó lo que acababa de sucederle.- Yo iba a mi casa, muy borracho. Oí el llanto de una criatura; pensé que era producto de mi mona, pero el llanto venía de un bulto de la acera de enfrente; crucé la calle y lo abrí. Había un recién nacido que solo lloraba y lloraba.- ¿ Y ver un recién nacido le ha hecho correr como si lo fuera persiguiendo el Diablo?- Es que sucedió al horrible. - ¿Qué fue lo que sucedió?- No me creerá si se lo digo.- ¡Déjese de niñerías! ¡Dígame, qué pasó?- Al verme, el recién nacido, sonrió ...- ¿Y eso fue capaz de asustarlo?- No, fue que al sonreírme, su boca se iba haciendo enorme... ¡y la tenía llena de unos dientes, así de grandes!Y para indicarle el tamaño, recogió los tres los dedos centrales de su mano derecha, dejando enhiestos solo el pulgar y el meñique, es decir, un palmo.
El cometa Peltier
- ¿Dice que era un recién nacido y que tenía la boca llena de grandes dientes?- ¡Tenía unos dientes enormes!- ¿Serían cómo los míos? - le preguntó el vigilante sonriendo y abriendo su boca, poco a poco.¡Y, entonces, el borracho vio que el policía tenía unos dientes descomunales!> Bueno, ese es el cuento de mi niñera - terminó diciendo Enrique- ¡Un cuento tremendo, especial para mi miedo! - Sí, es bueno. Su inesperado final, produce escalofríos - dijo el Gordo.- Ya dije al comienzo que parece un cuento simple, pero si uno se acuerda de esta historia caminando por una calle arbolada y solitaria, en una noche obscura, se tiene una sensación muy parecida al miedo.Los jóvenes se frotaron la manos, como si sintieran escalofríos, pese a que ya había dejado de soplar el viento helado anunciador de las tormentas. Ninguno anunció en voz alta el propósito de regresar a sus casas, pero en un tácito acuerdo, a modo de despedida, se dieron un apretón de manos. En ese momento, se encendieron las luces de la calle y la ciudad recobró su aspecto habitual. Ya no había nada amenazante, pero los muchachos, maquinalmente, se fueron caminando por el medio de la calzada.Tampoco, ninguno miró hacia cielo, ya completa-mente despejado de nubes. Por eso, ninguno de ellos pudo ver la estela luminosa del Cometa Peltier cruzando el infinito, puntualmente. ¡Y no volvería a hacerlo hasta dentro de 75 años!

EL CONVENTILLO.


El conventillo - algunos lo llamaban cité - se componía de unas quince piezas, con un patio rectangular hacia el que se abrían todas las habitaciones. El piso era parejo, salvo las canaletas marcadas por las aguas lluvias de los inviernos que se escurrían del techo, éste estaba cruzado de tablas aplastadas por piedras o pesados ladrillos, para que no se volaran las tejas con los vientos. A trozos, el artesonado tenía manchas de musgo.Por las mañanas el patio se llena de olor a carbón de espino mezclado al de humo de papeles de diarios que las vecinas utilizan para encender los braseros en que preparan el desayuno de sus maridos. Al poco rato, el patio huele a pan tostado y a café. Hacia las siete y media, todos los hombres se han marchado a sus trabajos. Cumplida la primera tarea del día, las mujeres van al pilón del fondo para lavarse las manos y la cara, llenar sus teteras de agua ahora para preparar el desayuno de los hijos. Algunas disponen té y otras sacan mate y bombilla.A mediamañana las tres artesas del pilón están llenas de ropas remo-jándose en lavazas de jabón amarillo, de fuerte olor. En los braseros, para hervir el agua, las mujeres han colocado tarros parafineros manchados hasta los bordes de negro de humo. Al pie de cada artesa, semihundidas en el barro, hay unas gruesas tablas que prestan alguna protección a las lavanderas. Después de hervir el agua, las mujeres cubren los braseros con secadores de mimbre para extender camisas, calzoncillos, calcetines y pañuelos, para aprovechar el calor del rescoldo. Lavar ropa es un trabajo cansador. La mayoría de las lavanderas - y casi todas empiezan de niñas - tienen curvada la espina dorsal, como consecuencia de un trabajo de años. Eso les sucede porque, para tener más fuerzas, se agachan sobre la artesa empleando el peso de sus cuerpos al restregar la ropa. Las prendas aumentan su lastre al chupar agua, especialmente las sábanas que dan doble trabajo para moverlas, restregarlas o torcerlas. Los brazos se cansan, los músculos de los hombros se agarrotan y no permiten los movimientos bruscos. Horas y horas de pie sobre terreno húmedo abren el camino a reumatismos o a várices.Los ruidos son los habituales: el agua que corre en el pilón, el canto de las escobillas que restriegan las prendas mojadas y las mujeres que conversan en voz alta, sin preo-cuparse de que todos se enteren del objeto de sus parloteos.- Parece que el Toño jodió a mi sobrina. ¡Yo no sé qué irá a pasar!- Tendrá una criatura, doña María. ¡Total no es la primera a la que le pasa...!-¡Es que recién ha cumplido los quince, Olguita!...
El conventillo
- Bueno, a mí me desgraciaron a los dieciséis, y no me arrepiento. El Juan está hecho un hombrecito y me ayuda bastante. ¡Nunca se sabe, doña María!- Mire, no sería ná, pero el Toño ya anda en los tragos y es rosquero; yo no anticipo nada bueno.- Y a mí, el pálpito me dice que será un buen padre. Creo que la quiere...Se le nota cuando la mira ...- Sí, eso sí; pero ya sabe cómo son los hombres, Olguita. Mientras comen triguito, están contentos. Depués, ¡si te he visto no me acuerdo! El cariño dura poco. - Esperemos, doña María, esperemos.- La esperanza mantiene, pero no engorda, Olguita.- También lo decían en mi tierra; es bueno tener esperanzas, ¿qué sería de los pobres, sin esperanzas?- ¡Ay, Olguita! - suspiró doña María -. ¡No sé si vale la pena vivir esta vida!- ¡Ahí sí que no, doña María! Yo prefiero estar vivita y coleando. ¡Muerta, una ni siquiera puede hablar!Callan, porque hay que seguir trabajando.Al otro lado del patio, niños y niñas juegan al luche; el juego obliga a los parti-cipantes a saltar en una pierna y, con el pie de la misma, empujar una piedra plana o un pedazo de teja para avanzar hasta llegar a semicírculo de cabecera llamado el Mundo.Yo estoy sentada en un banquillo y observo cómo juegan. Me llamo Margarita y tengo nueve años. He tenido mucha fiebre durante varios días. Estoy recién levan-tada y me siento muy débil; mis piernas no me quieren llevar hasta dónde yo deseo, por eso, estoy sentada. Acuno en mis brazos la muñeca que me regaló mi mamá. Su cara es muy bonita y tiene los ojos azules, pero una de sus piernas está muy floja y se da vuelta al revés, como le pasa al Pelluco, que debe usar una muleta y su pierna corta se golpea contra ella cuando camina rápido. Yo quiero mucho a mi muñeca; por eso, he tratado de arreglarle la pierna mala con un elástico, pero no sirve y sigue con la pierna suelta, como la del Pelluco. La acuno en mis brazos y cierra sus ojitos. Me gusta su boca, pequeñita y roja; yo le doy besitos a cada momento. Todas las niñas me piden a mi Juanita para jugar; es que ellas solo tienen muñecas de trapo, que son muy blandas; es como si no tuvieran huesos.Desde hace tres años voy a la escuela. Me gusta ir a la escuela porque hay más niñas de mi edad. Mi profesora, a la que quiero mucho, dice que tengo muy buena memoria y que eso es bueno para mí.Es verdad que puedo repetir, sin leer, todo lo que está en mi libro de lectura. Lo que no me gusta son las clases de Historia, porque siempre hay guerras y los hombres se matan con fusiles y cañones. La señorita nos explica que las guerras se hacen para que los pueblos sean soberanos, libres e independientes. No lo entiendo. Yo no soy libre, pues debo obedecer a mi mamá, a mi profesora y a Dios.En mi libro de Lectura hay narraciones que me gustan mucho. Está la historia de los tres hermanos, No quiero, No Puedo y Probaré. Mi mamá gozó con este cuento.- Es una buena historia - me dijo. Enseña que hay que tener voluntad para hacer las cosas sin importarnos que parezcan difíciles. Se quedó pensativa, conteniendo el deseo de suspirar. Le pregunté qué le pasaba.
El conventillo
- Tú serás distinta - me dijo. Yo nunca pude ir a la escuela; tenía que cuidar a mis hermanos. Tú, ya sabes leer y puedes escribir.- ¡Y me sé hasta la tabla del l2! - la interrumpí.- Sí - balbuceó con tristeza. También eso te hará falta. ¡Seguro!Yo era muy chica cuando murió mi papá, y no lo recuerdo. Encima de la cómoda hay una foto que miro cada noche antes de irme a acostar. Mi mamá está sentada y un hombre con el pelo revuelto y grandes bigotes, muy derecho y tieso, afirma un brazo en el respaldo de la silla. ¡Es todo lo que tengo de mi papá! A comienzos de año, ocurrió algo que cambió mi destino, completamente. ¡Mi madre me dio un nuevo padre!Sucedió así. Varias veces, al despertar por las noches, mi mamá no estaba en la cama. Nunca me asusté. Me daba la vuelta y seguía durmiendo. Pero, una noche tuve una pesadilla horrible: soñé que me caía de un árbol muy alto y a medida que iba cayendo los cascajos del suelo se iban transformando en unas enormes piedras contra las que iba a estrellarme. Me co- rría un sudor frío por la espalda, sentía el estómago estrujado, y podía presentir el dolor que sufriría al chocar mi cuerpo contra esas piedras.Desperté, gritando; en la boca tenía un regusto ácido porque había vomitado algo tibio y espeso en la almohada. Al darme cuenta de que mi madre no estaba a mi lado, me puse a llamarla a gritos. Unos instantes más tarde, apareció en la puerta, cubierta con un chal negro. Me abracé a ella. - ¿Qué pasa, mi niñita? - me preguntó con una voz en que se mezclaba la ternura y el sobresalto -. ¿Por qué lloras? ¡Si yo estaba ahí, no más!Vio que había vomitado y me limpió la cara con un paño húmedo; eso me despertó totalmente y me sorprendí mucho, porque al emplear ambas manos para atenderme, el chal negro se le escurrió por la espalda ¡y estaba completamente desnuda!Apagó la luz y se puso un camisón. A obscuras terminó de limpiarlo todo, me tomó en brazos y se acostó a mi lado. Me apretujé contra su cuerpo y no tardé en quedarme dormida. Al día siguiente, mientras íbamos a la escuela, la Clara, hija de nuestros vecinos de habitación, me dijo:- Así que anoche te pusiste a llorar porque no estaba tu mamá.- Sí - le contesté -. Tuve una pesadilla muy fea.- Yo sé dónde estaba tu mamá - comentó Clara.- Me dijo que estaba ahí no más.- Tú no lo sabes, pero yo lo sé. Mi papá le dijo esta mañana a mi mamá: Parece que la vecina se arregla los zapatos dos noches a la semana. ¿Qué te parece?- Eso es muy raro. Nunca supe de nadie que arregle sus zapatos de noche.-¡Bueno que eres tonta! No se levanta para eso; se acuesta con el zapatero, y mi papá dijo que algún día se les va a desarmar el catre.Seguimos nuestro camino, calladas. Me pasaban muchas preguntas por la cabeza, pero no quise hablar con Clara, que decía todo con una intención que me causaba mucha vergüenza. Toda la mañana estuve inquieta, sin llegar a comprender lo que Clara me había querido decir. La profesora notó mi turbación.El conventillo
- Margarita, ¿tienes algún problema?- No, señorita; es que anoche dormí mal, y vomité.A la hora de almuerzo, se lo conté a mi madre. - La Clara me ha dicho que al zapatero y a ti se les va a desar mar el catre. Eso es lo que le dijo su padre.La cara de mi madre se puso blanca como un papel:- ¡Eso pasa por vivir en un conventillo! - exclamó. No hagas caso de lo que dice esa gente, Margarita. Algún día te lo contaré o tú misma te darás cuenta. Ahora no lo enten-derías. ¡No es nada malo!No hizo ningún otro comentario. Nuestra vida siguió igual, pero si desper-taba por las noches, mi madre estaba a mi lado.Y llegó lo que sería mi Sábado de Gloria. Ese sábado, después de almorzar, mi madre se vistió con su traje color concho de vino y se puso medias obscuras, se peinó cuidadosamente el moño, sujetándolo con una peineta de carey, limpió y lustró sus zapatos y su cartera de cuero marrón. A mí me hizo vestirme con mi traje azulino y zapatos negros.Caminamos por el pasillo y golpeó con los nudillos en la segunda puerta, según se entraba; abrió el zapatero. Parecía una persona distinta a la que yo veía todos los días al salir hacia la escuela: traje azul, camisa blanca, corbata azul con lunares blancos, zapatos amarillos con suela de goma y un sombrero de algo que parecía terciopelo.- Margarita, vas muy elegante y te ves muy bonita - me dijo.- Gracias - contesté -. Lo mismo digo de Ud.Era bastante más alto que mi mamá y tenía un curioso modo de caminar, porque primero apoyaba la planta de los pies y luego dejaba caer su peso sobre los talones. Su cara era de tez tan blanca que hacía resaltar su tupida barba; los ojos pequeños se escondían trás unas pobladas cejas, negras como su abundante bigote. Al abrir la boca para hablar o sonreír, le relucía un incisivo de oro puro. Mi madre se veía muy contenta y al zapatero le brillaban los ojos de alegría. Fuimos al Parque de Diversiones, en un taxi; en el camino íbamos dejando atrás los viejos y ruidosos tranvías. Me faltaban ojos para ir mirando; yo nunca había salido de mi barrio, y creo que cruzamos la ciudad.En el Parque, lo primero que vi fue una gran rueda mecánica, que subía más alto que la copa de los árboles; en una especie de cajones iban sentadas personas que reían. Un hombre, vestido de blanco, junto a un buquecito montado sobre ruedas con llantas de goma, soplaba un cuerno de buey, de sonido áspero y chillón, para anunciar las clases de helados que vendía.- ¿De cuál quieres, Margarita? - me preguntó el zapatero.- ¡Déle uno de granadina! - intervino mi madre. Yo quiero uno de frambuesa.- ¡Que sean dos de granadina! - dijo el zapatero. Y, al sonreírme, vi que le relucía su diente de oro. En el fondo del buquecito había una barra de hielo y un rallador metálico. El hombre raspaba el hielo hasta llenar la medida y la vaciaba en un cucurucho de papel. En la cubierta del buquecito habían tres botellas con líquidos de colores; cada una, en el corcho, tenía incrustada una gruesa pluma de ganso. Agitó la botella y dejó caer varios chorritos del líquido en el hielo, que se tornó de color rojo.- ¡Listo el pescado! - exclamó, agregando -, y otro más, igual.
El conventillo
- Antes prepare el de frambuesa - pidió el zapatero.El Parque de Diversiones cubría una extensión enorme y todos los caminos nos llevaban a alguna atracción. Nosotros nos fuimos al juego de las argollas. Tras una pequeña verja había muchas botellas; ganaba premio quien embocaba la argolla en el gollete de una botella. El zapatero quiso jugar; por su oficio tenía muy buen pulso. Levantó la argolla a la altura de sus ojos, entrecerrados, y la lanzó. Acertó con la primera y con la segunda. El hombre de los juegos gritó los premios y dijo que, si embocaba la tercera, ganaría una preciosa muñequita, negra como el betún. - ¡Vamos a hacerle empeño, Margarita! - exclamó sonriendo. Y le oí murmurar, muy bajito: "Esta te pido María, y cobra por tu trabajo!".Yo no quise mirar, y me volví de espaldas. Sentí el choque de la argolla contra botella y, al mismo tiempo que mis ilusiones se venían abajo, oí el grito de alegría de mi madre: alcancé a ver a la argolla bajando por el gollete de la botella, meneándose, como la cola de un pato al caminar.- ¡La ganamos, Margarita! - exclamó entusiasmado el zapatero.¡Nunca he olvidado el momento en que la tuve en mis brazos por primera vez! Era una muñeca preciosa y no me cansaba de mirarla. Mi madre quería ir a otros juegos, pero yo solo pensaba en volver a casa. Casi no dormí en toda la noche, con mi muñeca a mi lado.Mi madre hacía siesta en la tarde de los domingos, pero esta vez se puso a conversar conmigo.- ¿Hija, qué tal te pareció, Angel? - me preguntó.Yo estaba distraída y, además, no conocía a nadie con ése nombre. Le dije que no sabía de quién me hablaba.- ¿No sabes quién te regaló la muñeca?- Eso sí que lo sé, mamá, el zapatero. ¿Se llama Angel?- No hables de él como el zapatero, ése es su oficio; debes llamarlo Angel, que es su nombre.- Fue muy bueno conmigo, mamá - dije, confundida.Y, entonces, como obedeciendo a un súbito impulso, me preguntó si me gustaría que don Angel ocupara el lugar de mi padre.Mi padre para mí era sólo una fotografía descolorida que no me decía mucho, que no tenía vida. Y mi madre me proponía como padre a una persona que había sido buena conmigo, que estaba viva, con quien podría conversar, caminar, reír. En un momento tan especial no supe qué decir, vacilante. Tenía en brazos a mi nueva muñeca y en ese momento me acordé de Juanita que había olvidado por completo y estaba en un rincón del cuarto. Posiblemente, el recuerdo de Juanita fue lo que me impusló a decir:- Sí, mamá; me gustaría que don Angel fuera como mi papá.- Gracias, hija, gracias. ¡Me quitas un gran peso de encima, una preocupación muy grande!Me abrazó y me dio un beso en la frente, y salió de la pieza para ir a ver a don Angel. Así se completó de nuevo la familia.Al sábado siguiente comenzamos a acarrear nuestras pocas cosas.
El conventillo
Don Angel disponía de tres piezas: la primera era el taller de trabajo, daba a la calle y tenía un ventanal protegido por una reja, pintada de un fuerte color verde; luego, había una habitación arreglada como comedor; la última era el dormitorio y ahí estaba el catre que la Clara decía que iba a desarmarse. Era un catre con figuras forjadas en el respaldar y cuatro perillas de bronce, como candelabros, que brillaban en los extremos.No fue mucho trabajo acomodar lo que traíamos. La mesa rectangular se corrió hacia la pared del taller para dar lugar a nuestro catre. Don Angel armó un marco de madera y lo clavó contra el techo, afirmándolo en la pared.- Aquí, Margarita quedará muy cómoda. Hay que comprar unos metros de percala, le hace una cortina y la cuelga de ganchitos - dijo don Angel a mi madre.- Eso se hará el lunes - respondió ella -. Ha quedado muy bien.- Tendré que hacerle un hueco al estante de los zapatos - comentó don Angel.Era un estante angosto. En los casilleros, cubiertos de polvo, había zapa-tos de hombre y de mujer, que llevaban meses sin ser retirados por los clientes.En el centro de la pieza que servía de taller había una mesa baja; la su-perficie estaba dividida en pequeñas secciones en las que se apilaban tachuelas, estaquillas, lez-nas, escofinas, cerdas, ovillos de hilo de yute, pedazos de lija de distintos aglomerados, cuchillos cortos con mangos forrados en badana; en el suelo, al lado de cada banqueta, martillos de mango corto y cabeza ancha, y planchas de esas que se calentaban en las brasas para el planchado, pero tenían cortadas las orejas y sus superficies planas servían para batir las suelas a martillazos. El suelo estaba cubierto de pequeños recortes de suelas y de badanas de colores; los pedazos sobrantes de badana que podía ser aprovechados los ensartaban en unos clavos, en la pared; un poco más arriba, en unos ganchos, colgaban las badanas completas. Las suelas, según sus calidades, estaban amontadas sobre un mesón adosado a la pared.Aquí trabajaba don Angel con dos jóvenes. No supe nunca cuales eran sus verdaderos nombres. El mayor, un gordo de cara rendonda y muy sonriente, de unos 20 años, al que llamaban "Güentono", seguramente por la marca de cigarrillos que fumaba, era el ayudante; el otro, el aprendiz, era un muchachito de pelo negro y tieso, cortado al estilo económico, lo quería decir que les dejaban un solo un mechón a la altura de la frente; a éste, lo llamaban el Chascas. El trabajo seguía un orden establecido. Don Angel era quien elegía y hacía los cortes de suela y badana; también fijaba el clavo central en la suela y, entonces, Güentono se colocaba el tirador ajustándolo bajo su pie derecho y hacía pasar la correa por encima del zapato que debía reparar, afirmándola en su muslo. Si se trataba de una media suela empezaba a clavar las estaquillas, si era de suela cosida, el maestro marcaba con el cuchillo el trazo exterior y, en éste, Güentono calaba un pequeño canal, valiéndose de un pequeño fierro al que llamaban el perro. Era el momento de preparar el hilo de yute; se lo hacía pasar por una pelota de cerote y, así untado, el hilo adquiría consistencia; entonces, en cada punta se le agregaba una cerda. Luego, el ayudante introducía la lezna en la suela, tratando de ajustarla con la marca que había en el cerquillo del zapato; entreabría el hilo con la lezna, cruzaba la cerda para devolver la puntada y apretaba el nudo con ambas manos.
El conventillo
Chascas batía las suelas a martillazos, ajustando la plancha en el muslo, que protegía con una almohadilla; con la mano izquierda sostenía la suela y la hacía girar, luego de cada golpe; a veces, si era suela del lomo del animal, más dura y más cara, era necesario mojarla. La suela iba cambiando de color, de amarillo débil hasta llegar a un marrón obscuro.A diferencia de otros oficios, los zapateros acostumbran a conversar mientras están trabajando.- ¿Y ganaron ayer? - preguntó don Angel.- ¡Qué íbamos a ganar con un árbitro saquero. ¡Terminamos jugando nueve! Y pá más custión, ésa cancha es muy chica y no nos acomoda...- El cojo siempre le echa la culpa al empedrado.- No, don Angel. Yo jugué bien y quedé contento. Pero a la cancha le faltan 10 metros para ser reglamentaria.- Cuando yo jugaba, marcábamos la cancha, a nuestro gusto ...- ¡Psh, ahí se cayó, don Angel! ¿Qué me dice del Reglamento? Las medidas deben ser reglamentarias.- Ya sabes que nunca me han gustado los reglamentos. Los reglamentos solo sirven para que las cosas no caminen. ¿Te diste cuenta el otro día, en la Federación?- ¿En la cuestión de la votación?- ¿Te fijaste? El presidente quiso contar los votos, uno a uno. ¡Era más rápida la votación económica!- Me acuerdo.- Es cierto que el reglamento pedía votación por cédula, pero se pierde mucho tiempo, la gente se cansa y se aburre; sólo el Presi quedó contento porque hizo respetar el reglamento.- Se veía claro que todos estábamos de acuerdo.- Lógico. Una vez le oí decir a un futre que no hay peor cosa que un tonto con un reglamento. Es la pura verdad. Y, a propósito, hoy hay reunión.- ¿No quiere convidar al Chascas-?- Muy bien. ¡Ya va siendo tiempo de que éste aprenda de qué lado sopla el viento! ¿No te parece, cabrito?- Gustoso iría, don Angel; pero tengo que entrenar.- Mira, con aprender a pegarle a un gallo, no se va a ninguna parte. ¡Aprende mejor la pelea de la clase obrera!- Es mi último entrenamiento; la pelea es el viernes, en el club México.- ¿A qué hora terminas? - Como a las diez, jefe. - ¡No me digas jefe! - dijo con voz dura. ¿No sabes cómo me llamo?- Perdone - balbuceó el muchacho - es la costumbre; en la fábrica se habla así.- ¡Ya te he dicho que aquí no! ¡Parece que las malas costumbres se pegan muy firmes! - dijo, más suavemente.- ¡Pásame el cemento! - interrumpió Güentono.De un pequeño tarro de conservas, con la punta del cuchillo, sacó una substancia ligosa y con el dedo del medio la aplicó a lo largo de toda la hendidura que había estado cosiendo; luego, con el mango del martillo, aplastó el desbaste contra la suela.- Bueno - dijo, mirando el zapato - ¡éste está listo!
El conventillo Mi madre apareció en el umbral diciendo que era la hora de almorzar.- ¡Caramba! - exclamó don Angel, consultando su reloj -, el tiempo pasó volando; ya son las doce y media.Se puso de pie y se quitó el delantal pechero; sus ayudantes lo imitaron y caminaron por el pasillo hasta el fondo del patio. En el pilón se lavaron las manos y la cara. El último fue el Chascas: solo se mojó las manos.Mi madre empezó a servir. Se la veía feliz y en muchos detalles se notaba que había renacido su coquetería de mujer al darse, ahora, colorete en las mejillas. Estaba pendiente de los deseos de mi nuevo padre y se esmeraba para que todo estuviera bien dispuesto y a la mano; ella se sentaba a su lado y yo en la otra cabecera de la mesa. A mí me hacía mucha gracia el modo de comer de Güentono que agachaba la cabeza hasta el mismo plato, y más parecía tragar que masticar. Un día, don Angel se lo hizo notar y él le contestó:- Me agacho para no manchar mi y masco poco porque tengo todos mis alcachoferos y mis muelas. Y sonrió abiertamente para demostrarlo. ¡Era el único! Don Angel tenía su incisivo de oro y, como a mi madre, apenas le queda-ban muelas; el Chascas tenía feas caries a la vista en los dientes delanteros.Los sábados por las tardes, don Angel tomó la costumbre de conversar conmigo; yo le contaba cómo me iba en mi en la escuela, de mis progresos, y le mostraba mis cuadernos para que supiera lo que me enseñaban.- Es importante que estudies, hija; muy importante. Así uno puede enterarse del mundo en que vive, cómo está formada esta sociedad de explotadores. Es importante aprender a defenderse, pero no se debe ir por ahí, repitiendo como un loro lo que te enseñan; lo que importa es entender las cosas. ¡Fíjate! Dice nuestra Constitución que la educación es una actividad preferente del Estado; sin embargo, los gobiernos gastan más en armas, buques y aviones que en construír escuelas y hospitales. Los ricos tiene dos aliados: Dios y la Ignorancia. La religión dice a los pobres que no importa sufrir en esta tierra, porque serán recompensados en el Cielo. A los ricos la ignorancia les sirve para que los pobres sigamos igual, trabajando como burros solo para puro comer, sin tiempo para aprender y menos para pensar. Los pobres somos lo que sopor-tamos la carga social más pesada.Yo entendía lo que él decía de su lucha contra las injusticias sociales, pero me parecía mal que siempre estuviera en contra de mi religión. Me daba la idea de que él no sabía apreciar lo bueno que era ir a misa a escuchar los sermones: nunca el señor cura nos hablaba de la explotación, lo que sí nos repetía siempre era que Cristo fue muerto por los judíos y que ÉL había sacrificado su vida para redimirnos a nosotros, los pecadores. Pero no podía contradecirle; mi madre me había pedido que fuera obediente con él. Además, en unos pocos meses, llegué a quererle como si fuera mi propio padre. Así que le escuchaba atentamente, sin hacerle comenta-rios ni preguntas. Un día, al volver de la escuela, mi madre, después de escuchar lo que don Angel había conversado con sus ayudantes, me dijo:- ¡Este Angel tiene sus ideas! Me gusta cuando dice que algún día tendremos una casita y una pequeña huerta. ¡Ojalá, Dios mío! ¡No es mucho lo que pide un pobre para ser feliz!- Mamá, aquí estoy contenta, ¡somos los únicos que tenemos tres piezas!
El conventillo
- Hija, no estoy descontenta; es algo distinto. ¡No sabes cuánto me gustaría tener un pedazo de tierra propio en el que me pudiera morir a gusto!Esta etapa de mi vida, dos años más tarde, acabó de un modo trágico. Hubo una huelga de varias semanas. El hambre se apoderó de los habi-tantes del conventillo. Los niños no jugaban en el patio y las mujeres se arrinconaban en las piezas para llorar, sin ser vistas. Los hombres, que temían una dura represión, hacían guardia en el local del sindicato. Don Angel era de los dirigentes más comprometidos en la lucha.La represión fue brutal, las cargas contra los obreros se sucedían como en una guerra de guerrillas. En la Plaza de la Independencia se registraron las primeras muertes, entre ellos varios dirigentes: se trataba de descabezar la movilización; al aumentar el número de las víctimas, se rompió la fuerza de la huelga. Los pobres se agruparon junto a sus muertos. El conventillo se llenó de gente que no conocía. ¡Yo no podía creer que el cuerpo que nos entregaron fuera el cadáver de don Angel! Los golpes lo habían desfigurado completa-mente: solo pude reconocerlo, porque entre sus labios, hinchados y ensan-grentados, brillaba su diente de oro.La mayoría de las mujeres, cubiertas con velos negros, rezaban el rosario, atropelladamente, implorando la misericordia del Todopoderoso.Yo tenía doce años.